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Aplaudir de Pie

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Es un proyecto de crítica y reflexión de hechos escénicos que nace simultáneamente en Bs. As. y en CDMX en 2015, como una plataforma de diálogo entre teatrólogxs, teatristxs, pensadorxs, creadorxs y espectadorxs, para cuestionar, opinar y debatir en torno a los fenómenos escénicos.

Críticas

Todos somos Braian. Crítica de Mónica Muro.

por Aplaudir de Pie 4 diciembre, 2020

“En mi luna tampoco hay escuelas” dice Braian mientras flota en su paraíso lunar; allá no hay peligro de ser exterminado, en ese sitio él puede bailar y hablar sin titubear, pero a veces también se siente solo. De golpe, la gravedad lo trae devuelta a la Tierra, a ese salón de clases repleto de adolescentes, uniformes grises y risas tontas. En ese mismo universo también existe Jocelyn, otra roca con luz deslumbrante que se aproxima rápidamente al paraíso lunar, ella con sus tenis que parecen asteroides y estrellas, patea la soledad con una ligera sonrisa, le toma por sorpresa; no hay tiempo en el espacio que le alcance a Braian para maniobrar un perfecto aterrizaje a la fiesta que fue invitado: los quince años de Jocelyn.

Los asteroides son pequeños objetos de formas rocosas e irregulares que giran por el Universo; hay miles, son de distintos tamaños y superficies; ninguno es igual. Nueve cuerpos orbitan en el escenario como un cinturón de asteroides, cada uno con una fuerza, masa y velocidad distinta; viajan a la luna y atraviesan la atmósfera de regreso a la Tierra para descender en el escenario en el momento preciso que Braian necesite articular ante lo desconocido, un agujero negro que lo atrae y del que ya no puede alejarse, un agujero negro llamado: el primer amor.

El espacio se percibe oscuro como la sala de un teatro; un cielo nocturno en el que hay gases que forman nubes que fungen como un velo que tapa la luz de la vía láctea. Encuentro al universo como un lugar donde la iluminación depende, en parte, de las estrellas, de pequeños reflectores que emanan luces de colores apuntando a un escenario para convertir cuatro paredes en una galaxia. Los gases componen un vacío negro para el ojo humano; no hay color, como en el uniforme de todos y todas las que han sido Braian en ficción o en un espacio-tiempo de la vida; la ropa gris a simple vista, pero que con un telescopio se alcanzaría a ver los reflejos de arcoíris de colores en cada movimiento y un gorro como velo, para evitar que la luminosidad se salga al hablar.

La luz de las estrellas es finita; no te das cuenta cuando se va apagando porque ya ha pasado mucho tiempo, dejas de prestarle atención porque después de todo, sobre tu cabeza, el cielo sigue repleto de ellas. Braian se siente desolado: sin brillo, sin sol. Si la estrella más cercana a la Tierra desapareciera, nos quedaríamos a oscuras; los océanos empezarían a congelarse, aunque el proceso sería lento y caótico, sentiríamos el miedo a la nada; el planeta perdería la fuerza gravitacional y nos desplazaríamos por todo el espacio con probabilidad de caer en un agujero negro.

 

Un agujero negro no es un agujero, es la concentración de una gran cantidad de materia en un mismo lugar; tampoco es oscuro, pero la fuerza gravitacional es tan fuerte que la luz no puede escapar de ahí. En el espacio las cosas no son lo que parecen; en los sueños tampoco, a veces se convierten en pesadillas en forma de chocolate derretido entre las manos, y otras, la pesadilla es una realidad con un punto de no retorno: la adultez.

 

 

Cuando la infancia y la adolescencia se apartan de nuestro radar, podemos pensar que es muy chistoso que Braian esté aterrado por bailar con Jocelyn, que su sueño en el que su pantalón se rompe fue sólo un sueño, que un adolescente agrediéndole es pasajero y que “es parte de crecer”; que sus miedos y preocupaciones nunca serían peor que la extinción del Sol.

Cuando observamos las estrellas es como viajar en el tiempo sin moverte de lugar; el brillo que reflejan en el preciso momento en que las ves, ya se ha extinguido; Vemos un pasado que resulta conocido porque ya le hemos visto antes. Ver una estrella es transportarse a la primera vez que te enamoraste, que sentiste miedo por caer en un vacío, cuando notaste que tu voz merecía ser escuchada o la primera vez que bailaste en el centro de la pista. Hannia, Ailyn, Diego, Ulises, Jesús, Angie, Mariana, Claudia, y César suben al escenario a representar su ahora, una historia que expresa sus propias inquietudes.

Hemos construido nuestra idea del universo por medio de la ficción y suponemos, como adultas y adultos, que conocemos cómo se comporta la juventud por el simple hecho de haberlo sido; a años luz de la adolescencia y después de varios primeros amores, seguiremos pensando que recordamos cómo se sintió tener 13 años, nos identificamos porque, en efecto, todos fuimos Braian, no deberíamos forzarnos a traer puesto un traje espacial que ya está desgastado, podríamos conservar el casco para no olvidar que flotamos alguna vez. Aportar desde la perspectiva que nos corresponde desintegrando las licencias del adultplaining que parecen no tener fecha de expiración. Impulsar el ascenso de nuevas naves; Maribel Carrasco en conjunto de una tripulación de Pequeños Creadores Teatro despegaron abriendo la posibilidad de sumar a las y los jóvenes a atreverse a escribir sus propias historias.

 

Mónica Muro
Espectadora y divulgadora de artes y cultura

 

 

 

 

Críticas

The Shakespearean Tour. Crítica de Paty Vaca

por Aplaudir de Pie 20 octubre, 2020

The Shakespearean Tour es una obra escrita, dirigida y actuada por Mariano Ruiz, quien desde un monólogo que combina relatos personales y algunas de las obras más icónicas de Shakespeare como Hamlet o Romeo y Julieta, nos muestra las dificultades de quienes experimentan el mundo desde un punto de vista  “femenino” en México, especialmente por las personas trans.

 

Mariano comienza rompiendo la cuarta pared, es decir, le habla directamente al público como si se tratase de una Ted talk, manteniendo esta “ruptura” el resto de la obra. El actor le cuenta al público sobre su niñez jugando con el maquillaje de su Mamá y de cómo él siempre quiso ser actriz, no actor, esto último generando comentarios y bullying hacia él por parte de la sociedad. A lo largo de la obra, representa a diferentes personajes femeninos de Shakespeare, tales como Julieta Capuleto o Lady Macbeth. A dichos personajes siempre les da un giro actual, tratando de traerlos a un mundo real y más reconocibles para el público. Esto lo hace usando un lenguaje coloquial y jovial, incluyendo la mención de redes sociales, por ejemplo.

 

Mariano aparece en escena con maquillaje, leotardo, medias de red y tacones; prendas que etiquetamos como “femeninas”, aunque no posean un género como tal. A lo largo de la obra, va agregando algunos otros elementos que apoyan su representación, pero siempre ayudado por su asistente Itzel, una actriz que se encuentra sentada a un costado, quien permanece a la vista del público. Esta distribución de los cuerpos y lugares, relegando a “la asistente al rincón”, es un claro reflejo de la sociedad misma en temas de género. El actor, al igual que cualquier funcionario público, habla de cómo vivió la construcción de género desde su piel. Como esos senadores del norte que dicen “es que crecí con machismo”. La visión siempre tiende a ser corta y personal. También, el discurso suele ser el de celebración de la diversidad, lo fundamental de la inclusión y la importancia de las mujeres en cualquier esfera de la vida. Fórmula infalible para ganar aplausos y votos. Sin embargo, a su lado hay una mujer. ¿Su rol? Asistente. Sin voz dentro de la obra y sin voz dentro del ejercicio político, aparece en escena solamente para el servicio del actor, pero sin agencia propia. Bien dice el refrán que “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Eso sí, ella porta vestuario, porque será vista por el público y es parte de la estética; aunque al término de la función quizás nadie recuerde que ella estaba ahí.

 

“The Shakespearean Tour” porta lo que yo llamo una feministáscara, o sea, una máscara feminista. Dicha feministáscara se ve bien por fuera y cumple con su propósito: logra la ovación del público mediante un discurso feminista. Siempre de gran ayuda para quien la porte, aunque difícil saber si debajo de ella se esconde una risa o incluso una serie de acciones opuestas a lo que muestra. Una enorme falta de congruencia que se vuelve casi imperceptible entre el ruido de anunciar con megáfono, bombo y platillos que, supuestamente, traen puesto el pañuelo morado.   La feministáscara en esta representación, se demuestra al ser una obra que critica el sistema patriarcal, al mismo tiempo que perpetúa la idea de la mujer asistente, adorno, que aplaude lo que diga quien tiene el micrófono y habla con las masas. Este fenómeno lo vemos en todas las esferas en donde existe esa misma combinación micrófono-masas, que generalmente ocupan los hombres. Un candidato a algún cargo público usará orgullosamente la feministáscara como parte de su uniforme de campaña, pues necesita echarse a la bolsa al 51% de la ciudadanía. El problema es que en su agenda no está la legalización del aborto o la atención a los feminicidios, incluso podría escapársele una línea en escena que ya es famosa por ser interpretada por varios actores: “Esas no son formas”.

 

Acompañando el monólogo y buscando esa modernización de Shakespeare, existen al menos cuatro canciones pop dentro de la obra. Estas son despojadas de sus voces originales y contienen una letra inventada, cantada por Mariano. Nuevamente, aparece un reemplazo de la voz femenina, por la del protagonista de la obra. Colgándose de la popularidad de dichas canciones, cantadas por celebridades como Beyoncé, Ariana Grande o Miley Cyrus, el actor cambia la letra por lo que él tiene que decir. La primera canción es “Formation” de Beyoncé, cuya letra tiene una carga política y representa la lucha de la comunidad afroamericana de la que la artista es parte. Mariano decide usar la misma canción pero cantando “yo soy la estrella”, al tiempo que avienta su sombrero a los pies de Itzel, para que ella lo recoja. Los momentos de canciones fueron un desacierto ya que no causaban risa en el público, la letra hacía poco esfuerzo en embonar con la melodía y se creaba una pausa en el ritmo de la obra.

 

Al final de la puesta, hay una escena en la que Mariano baila y hace lip sync con el tema de Frozen “Libre Soy”. En ese momento, asciende una de las pantallas para revelar una escalera. Mariano sube por un lado hasta la cima, mientras que su asistente se asegura de que él no caiga, sosteniendo la escalera por la parte de abajo. Después, Itzel saca una lata de espuma que avienta hacia arriba para simular la nieve, los fuegos artificiales o el confetti, celebrando la libertad de la persona a quien asiste. Cambia la canción, ahora empieza la parte final de “Defying gravity” de Wicked, en su versión en Español, cantada por Danna Paola. Itzel sale de escena para traer la escoba de la malvada bruja del oeste: Elphaba. Se la da a Mariano. Qué alivio que tenga una asistente, de esa manera él puede mantenerse en la cima y seguir cantando… un sistema que me parece familiar. Itzel entonces se coloca del lado contrario de la escalera de Mariano y sube tan solo unos escalones, creando contrapeso y evitando que Mariano pueda caer de lo más alto. Me recordó aquella escena de High School Musical, cuando Sharpay y Ryan bailan “Bop to the top” y Sharpay no deja que su hermano suba más de lo que sube ella, pues siempre busca ser la estrella.  La escalera es una metáfora que  podemos entender mediante simple Física. Si alguien busca estar en la cima de la escalera, necesitará de un contrapeso en la parte de abajo. Esto le asegura su permanencia en la cúspide.

 

Ser parte de un grupo subrepresentando no te otorga automáticamente el poder de no discriminar a otro. La equidad no se logra dando discursos sobre equidad. La equidad se logra subiendo por ambos lados de la escalera, a un mismo nivel. Eso implica que los Marianos tengan que bajar un par de escalones, para así cantar una gloriosa armonía junto a las Glindas.

 

Es hora de los aplausos, ¿hora de salir de escena? Al término de la última canción, Itzel toma la escoba y la falda de Elphaba para desaparecer del escenario después de haber permanecido ahí durante toda la obra. ¿Qué sí permanence a recibir aplausos? La escalera. Dan inicio los créditos, que se proyectan en la pantalla de atrás. Mariano baila al ritmo de la música y desafortunadamente, los créditos son tapados parcialmente por la famosa escalera. Si es que hubo participación de más mujeres en este proyecto, no lo tendremos claro o no sabremos sus nombres.  Hoy en día, en un trabajo en equipo en donde no está claro quién contribuyó con qué, es menos probable que las mujeres reciban crédito por su aportación. De ahí la importancia de presentar esos nombres y rostros a la audiencia. ¿A quién recordamos al final de la obra? A Mariano. ¿A quién hemos recordado durante la historia de la humanidad? A los Marianos que han existido a través de los años, no a las Itzeles.

Mariano agradece al público y a un par de personas, entre ellas Itzel. El público aplaude la mención de Javier en el apoyo técnico y la de Jorge Negrete en video. Itzel no recibe su aplauso. Itzel es mi tocaya de nombre y de experiencia. Me llamo Patricia Itzel, y así como ella, he permanecido tras bambalinas a la hora del aplauso.

 

Paty Vaca. Gestora cultural, actriz y espectadora crítica

Críticas

Todes somos Braian. Una crítica teatral.

por Aplaudir de Pie 16 octubre, 2020

Tenemos agrietada nuestra identidad. Tú, no eres une. Yo, no soy une. Somos muches. Contenemos dentro de nosotres, muches yo’s, un universo inmenso de personalidades. Somos seres que continuamente afrontamos una lucha interna entre lo que queremos ser, y lo que no queremos ser. Entre lo que está bien y lo que está mal.

 

Dice el poeta Walt Withman en su “Canto a sí mismo”:

 

Soy inmenso… y contengo multitudes.

 

Contenedores de realidad

Braian me habla con esa multiplicidad, desde lo que no se atreve a decirse, pero que está latente. Una ventana en la que se asoma la oscuridad del arte, esa que conmociona, que mueve, que cuestiona la posición en la que te encuentras o en la que te encontraste alguna vez. Desnudando y des-nudando la maraña de pensamientos que me habitan dentro.

 

Nietzsche en “Así Habló Zaratustra” nos dice:

 

Yo soy un campo de batalla.

 

Es precisamente ese campo creado por el equipo de Pequeños Creadores Teatro, junto a sus directoras, que logran que los y las jóvenes actrices y actores expresen en el escenario un campo de batalla. Donde suceden cambios y luchas internas. Les chiques se relacionan con sus compañeres, con algunos tropiezos en el texto, error que se convierte en virtud, porque les adolescentes tropiezan al accionar y al hablar, ya que es en esa época de cambios donde el cuerpo crece y las dimensiones con las que nos relacionamos se vuelven un obstáculo, un campo de batalla, con el propio cuerpo y las emociones desproporcionadas.

Nuestras contradicciones

Duele crecer; ¿Cómo expreso lo que me angustia? ¿Qué palabra ponerle a todo esto que siento? ¿Por qué nadie me entiende?

 

Paraísos lunares, la nada, el primer amor y los revoltijos en el estómago. Cambios constantes. Oposiciones.

 

Ecos

En el campo de batalla y la multiplicidad podemos mirar al otre. En esa grieta donde vemos la historia de Braian impregnarse en el espacio y en el tiempo. Sin miramientos binarios. Sino múltiples. Ecos en los centros que se rizan en los pensamientos haciendo un rimero, un arsenal de voces.

 

Maribel Carrasco, la dramaturga, que junto a estos pequeños creadores  que hablan desde sus inquietudes, sus experiencias y sus miedos, sintetiza el espectáculo en una lluvia de metáforas:

 

Siento el corazón como un paraguas roto en medio de la lluvia.

 

En mí hay un cúmulo de ideas y emociones discurriendo unas contra otras.

Así también pasa con Braian y con sus múltiples contradicciones, anhelos, deseos y decepciones.

 

Es una fiesta

Una referencia que me interesa resaltar son los tenis de los chicos y las chicas, una decisión estética que abona a la narrativa escénica  unidad y detona al espectador y la espectadora un signo donde todas las voces son la misma voz.

 

En el escenario.

 

Todos el mundo esta ahí.

 

La luz cambia a magenta.

La música empieza a sonar:

 

Punchis

punchis

Punchis

pero en mi cabeza no hay más que pulsaciones y una sensación de anti—

 

-gravedad que envuelve mi cuerpo y mi voz chistosa.

 

Todo pasa ante mis ojos en cámara lenta

como en las caricaturas

 

hace que mis brazos floten

 

y mis pies encerrados en mis tenis pesados

cierro los ojos

 

los abro

 

y

estoy allí

en medio de todo

de todos.

Ya no tengo miedo.

Soy libre.

Soy yo.

Braian.

 

Facetas

Dentro de mí, hay facetas de mí que están en pugna entre sí todo el tiempo. Somos contradicción. La grieta binaria es falsa.

Lo binario es un instrumento del poder donde se destruye la identidad y el pensamiento. Rompamos con todo ese Neo individualismo post egocéntrico, donde solo miramos nuestro propio ombligo. No somos el centro de la galaxia, donde el otre no existe.

 

¿Acaso queremos ser seres de una sola voz, negando nuestras batallas internas? ¿Negando que somos seres múltiples? ¿Acaso todos somos como braian? ¿Qué somos? ¿Somos la imposibilidad?

 

Finitud

Asumir nuestro estado de finitud tiene que ver con qué estamos conformados por una carencia. Somos una multiplicidad que delinea nuestra forma de vivir. Somos contradicción. Y me cago en el New Age y sus pendejadas de que la “armonía es une misme” y “la armonía social”. No. Somos conflicto y estamos permanentemente en un campo de batalla. Todes somos Braian porque la línea binaria está rota. Porque estamos rotos. El cambio no está en ti misme. Está en el otre. Somos, porque siempre hay un otre.

 

El teatro y su zoombra

Pienso y el teatro también es contradicción, porque cambia constantemente. Hacer teatro es poner el cuerpo y el aura, o la pantalla. El teatro es ese acercamiento, aunque algunes sigan pensándolo binariamente, aunque quieran seguir convirtiendo su corazón roto en arte o quieran salvar el presente con una zoomobra. El teatro cambia aconteciendo y en su devenir se contradice.

 

Una nueva fuerza vital

Estamos ante una nueva realidad, un nuevo realismo, un nuevo tiempo, un nuevo espacio, un nuevo ephemeralpresent. Necesitamos desarticular ese realismo arrítmico de historias recicladas y “vanguardistas”. Diseccionar los elementos necesarios para un mayor perspectiva. Un teatro sin neutralidad. Sin fronteras. Sin miramientos binarios.

 

Y aquí acabo

Perdón que me contradiga, soy inmenso y contengo multitudes

 

Alain Villeneuve Actor, creador y espectador crítico del acontecimiento escénico

Críticas

¡Vota ahora! ¡Llama o textea!: La libertad como un juego arreglado en «Los caballeros las prefieren presas»

por Aplaudir de Pie 1 octubre, 2020

Como “Marilynares” en Los caballeros las quieren presas, una obra de teatro-cabaret, Minerva Valenzuela resalta la horrorosa situación de las mujeres privadas de su libertad en México. Llama atención sobre los abusos de derechos humanos a través de una sátira de la película clásica de los Estados Unidos, Gentlemen Prefer Blondes, protagonizada por Marilyn Monroe, y del formato que emplean casi todos los reality shows. Desde “Santa Marta Lamitas”, la penitenciaria ficticia,  compite por su libertad en el programa “Hoy se decide mi vida.” «Marilynares» aparece con peluca rubia, labios rojos, el uniforme azul del penal y un letrero con el número 10. Durante la obra, nuestra protagonista se comunica con una voz en off mientras intenta seguir sus directrices: ponte guapa, posa bien, cuéntanos algo conmovedor, canta tus cancioncitas y pide  a los espectadores que voten  por ti.

Sin embargo, nuestra protagonista no sabe las reglas ni los límites del juego en que está participando. Johan Huizinga en Homo Ludens, concibe que jugar  puede ser tanto tocar música como las actividades de esparcimiento y de ocio que practicamos en la vida cotidiana. El filósofo explica que los juegos no tienen nada que ver con la necesidad ni con la  utilidad, y que no tienen ningún compromiso o relación con “la verdad” (182). Por eso es que Mariynares no entiende el juego en el que está participando, pues para ella, su performance lúdica está relacionada directamente con la necesidad vital de abrirse camino hacia la libertad y recuperar la vida que la prisión puso en pausa.  La protagonista está literalmente compitiendo para salir de la cárcel y dejar atrás la crueldad de la reclusión.

“Hoy se decide mi vida” puede interpretarse como una representación contemporánea de la fascinación grotesca y neoliberal con el modelo de reality television.  En este programa (meta) ficticio, la participación de Marilynares refleja su instinto para sobrevivir mientras que los números musicales sirven como mecanismo para exponer todo tipo de violencia, explotación y aislamiento a las que las mujeres presas son sometidas. Nuestra estrella apuesta todo cuando va en contra de los deseos de Mr. Destino (la voz en off) y, consecuentemente contra modelo neoliberal, cuando decide usar su voz no para entretener, sino para para denunciar frente a lxs espectadorxs, las condiciones inhumanas en que viven miles de mujeres presas, invisibilizadas y condenadas por un estado corrupto.

Desde los materiales promocionales para la obra, Valenzuela detalla cómo México siempre está incluido entre los países más peligrosos para las mujeres, fuera y dentro de la cárcel, a pesar de que el gobierno niega apasionadamente esta realidad. La inspiración en el título de la película Gentlemen Prefer Blondes se remite a este falseamiento romántico que sostiene la existencia mítica de una mujer cuya existencia está al servicio del hombre, una figura perfecta en ese estado de sumisión. Minerva señala la falsedad de esta imagen en contraste con los hechos que demuestran que en México los caballeros no nos prefieren sumisas, sino  presas o muertas.

Según los informes de Equis Justicia y The Washington Office on Latin America, uno de los  resultados de la “Guerra contra el Narco”, emprendida por Felipe Calderón,  ha sido la sentencia de 3000 mujeres, juzgadas, por cierto, con mayor severidad que los hombres cuando cometen los mismos crímenes.  Entre 2016-2018, el número de mujeres sentenciadas subió 103%. Tras la decisión en 2019 del presidente de INEGI a cancelar La Encuesta Nacional de Población Privada de Libertad (ENPOL), no hay cifras actualizadas que reflejen la gravísima precariedad en la que viven estas mujeres privadas de su libertad. Las mujeres presas son sometidas por un sistema que se niega a reconocerlas. Esta invisibilización las despersonaliza y las transforma en objetos con el que los agentes de poder pueden hacer lo que quieran. Su deseo es violentarlas, pues toda vez que para el gobierno son inexistentes e insignificantes, ellos se pueden deleitar en aniquilar lo que quede de ellas. Los caballeros las prefieren presas es una obra que combina el humor con la música para ayudarnos a tragar una realidad verdaderamente amarga.

 

“Recuerden, esta noche (3, 10 o 17 de octubre 2020 en el 77) la ven muy así, pero la cárcel no tiene nada de glamoroso”. Escuchamos la voz de Mr. Destino:

https://aplaudirdepie.com/wp-content/uploads/2020/10/Caballeros-audio-1-mic-audio.wav

“Muy buenas noches tenga ustedes. Gracias por acompañarnos una vez más en su reality show favorito “Hoy se decide mi vida”. Esta participante es muy especial. Es una mujer que ha sufrido mucho…y lo que le falta. Ella lleva 7 años en este hermoso lugar desde el que transmitimos hoy: El penal de Santa Marta Lamitas. Demos la bienvenida a ¡Marilyyyynares!

Aplausos fuertes. Luces encendidas. Vemos la figura voluptuosa de nuestra protagonista rubia mientras la voz en off  llena el espacio, reverbera por las paredes y en nuestros oídos, como los anfitriones de programas como Big Brother o Survivor. Según Nick Couldry, la primera regla para participar en un programa así es respetar ciegamente esa voz que se convierte en una construcción simbólica del poder externo y absoluto, un poder incuestionable (10). La segunda regla básica es entender que el reality show es un ejemplo par excellence del mundo neoliberal. En este caso, el hecho de que estamos mirando a una mujer presa cantar y bailar por nosotros, por su libertad, es una fuerte crítica a la fascinación grotesca que lxs espectadorxs tienen por ver el sufrimiento y dolor de los demás. A la vez, justificamos nuestro voyerismo tanto para la obra como para los programas de televisión con la lógica de que lo que vemos es una historia del éxito: alguien ganará. Como explica Natasha Patterson, esta promesa del éxito es un reflejo crudo del neoliberalismo; replica el énfasis en el mercado libre y en el espíritu individualista. Además, estos programas defienden el mito de la meritocracia, que sostiene que cualquier persona puede ganar si trabaja suficientemente duro, si toma todas las decisiones correctas, sin importar su raza, clase social, (dis)capacidades u orientación sexual (283). EL ejemplo de “Hoy se decide mi vida” es más complicado porque Marilynares no tomó todas las decisiones correctas para su vida, pero ahora la vida se la ha dado otra oportunidad.

 

Para aprovechar este second chance, nuestra Marilynares canta su primera canción: “I wanna be loved by you”, pero cambiando la  letra al español para hablar sobre su situación. Con su voz suave nos ruega:

https://aplaudirdepie.com/wp-content/uploads/2020/10/Caballeros-audio-2-mic-audio.wav

“Yo quiero que votes tú, sí tú. Y nadie más que tú. Yo quiero que votes tú por mí. Bupupidú.”

 

Escuchándola, casi se nos olvida que es una presa y no Marilyn Monroe. Pero el uniforme azul de Santa Marta Lamitas enfatiza la gran diferencia entre ella y la actriz estadounidense, mientras que, su tono feliz y ligero cumple con otra regla del reality show: la positividad y autenticidad (Couldry 10).

Foto: DarÍo Castro

Desde su lugar no-visible, la voz de «Mr. Destino» resuena, llamándola “nena”, “princesa” y “mi amor”, como actos lingüísticos que la minimizan. Efectivamente, son actos que reproducen la violencia simbólica que las mujeres mexicanas, presas o no, experimentan a diario. Además, la voz de «Mr. Destino», le ordena cómo moverse, qué tono usar para referirse a su público y le exige sonreír durante todo su performance. La voz de «Mr. Destino» encarna auralmente los discursos neoliberales, institucionales y patriarcales que sujetan a la mujer a una posición inferior. No obstante, «Marilynares» es astuta y empieza a crear rupturas en el Sistema cuando le susurra a la audiencia: “Ja, mi amor, dice. Ya lo quiero ver diciéndome mi amor un día cualquiera” (2).  En estas dos frases, su disidencia y partida de la positividad y sumisión requerida (Couldry 10) cobran vida. Sigue haciendo comentarios banales a su audiencia como “y hoy me ven muy así, pero no, no tiene nada de glamoroso” o “la libertad anticipada es cosa de ricas” (4), manifestando que todavía tiene dignidad, voluntad y consciencia.

Poco a poco, Marilynares deja de solo decir frases inocuas y empieza a subvertir el modelo través de su insubordinación explícita. Se niega a adherirse a la regla de la individualización tan arraigada por los reality shows que nos obliga como audiencia a juzgar a las personas para determinar quién es la merecedora del premio. Por ello, cuando «Mr. Destino» le pide compartir su historia, pero con una sonrisa bonita y sin detalles violentos, Marilynares decide usar su plataforma para hablar sobre las mujeres que no aparecen en el escenario.  De «Marilynares» sabremos poco, pero aprenderemos que “Sunday” (Dominga) fue arrestada por robo equiparado, que “Pains” (Dolores) fue sentenciada por usar billetes falsos, que “Candy” (Dulce) fue amenazada con un arma a ayudarle a alguien herido y fue considerada una cómplice a secuestro y, finalmente, que Raquel mató a su padre después de años de abuso sexual. En llevar al escenario estas historias, su voz encarna esta colectividad de mujeres presas. Marilynares efectivamente toma la decisión de visibilizar a estas mujeres en lugar que a sí misma, yendo en contra de la regla de cultivar competencia, rencor y odio entre las participantes. Valenzuela enfatiza esta colectividad de mujeres silenciadas por el sistema corrupto a través de sus canciones e interacciones con «Mr. Destino». Cada vez más brava, abandona su lugar al centro del escenario para acercarse a sus espectadores,  haciéndole preguntas como “¿Aquí nada ha dicho mentiras para que no le hagan nada a su compañero o amiga?” o “¿Aquí nadie sería capaz de matar si violaran y asesinaran a su hija y luego la aventaran a un canal?.”  Dentro del silencio penoso, la respuesta es clara: Sí, todos hemos mentido por alguien. Sí, todas seríamos capaces de matar por nuestra hija. ¿Y por qué entonces ellas están presas y nosotrxs no?

 

Marilynares consolida su actitud insolente y su dedicación a representar las voces colectivas de las mujeres presas con su versión de la canción “Things”. Originalmente interpretada por Bobby Daren, es una canción sobre la nostalgia y el amor. Por su parte, la versión de Marilynares, nos ayuda a imaginar lo que viene a la mente de estas mujeres “cada noche desde nuestra celda”.

Los recuerdos llegan tan de golpe. Golpe.

Como el que me dio en el MP. MP.

El que me detuvo y luego dijo. Jojojo.

Nunca digas que yo te toqué.

 

Me hicieron cosas. Como darme toques.

Cosas. Como rasgar mis pezones.

Cosas. Como encerrarme en un cofre.

También el Tehuacán. (7)

 

https://aplaudirdepie.com/wp-content/uploads/2020/10/Caballeros-audio-3-mic-audio.wav

Estas terribles descripciones que salen de sus labios rojos es una yuxtaposición dolorosa del modelo neoliberal que la quiere violentar aun más con la esperanza de salirse libremente del penal a costo de su dignidad. La realidad sobre la cual canta, llena de abusos por parte de los oficiales, de un sistema podrido desde adentro llega al alma del espectador. La voz dulce y de soprano de Valenzuela subraya la crítica brutal sobre la condición de las cientos de miles de «Marilynares» que pasan sus días dentro de un penal.

Tras su último acto de desobediencia, «Mr. Destino» la abandona. Como tiene el poder de eliminarla (botarla de la casa o de isla como en los reality shows), lo hace definitivamente, señalándole su “error”: “Obviamente con tus dramas no estamos obteniendo los votos que necesitamos. Y, mira, yo por ti. Porque termina la transmisión y yo me voy” (7). Al darse cuenta de también su audiencia se irá, «Marilynares» usa sus últimas palabras para recordar a su público que las mujeres presas sí existen, sí merecen su atención y sí necesitan su apoyo. Valenzuela termina la obra, nombrándolas una vez más:

Y este final también está un poco feliz. Sobre todo para ustedes, que han tenido el privilegio de saber que existimos. Que existe Lourdes, Lupe, Dulce, Carmela, Dominga, Dolores, Blanca, Yakiri, Ethel, Natalia, Mónica, Rosa, Marilynares, y casi 2000 más nomás en esta ciudad (10).»

 

Christina Baker Investigadora, doctora en letras y salsera

 

Edición del texto: Zavel Castro

Obras consultadas

“#LiberarlasEsJusticia: Más de 3 mil mujeres están presas en México por delitos menores contra la salud” 26 Junio 2019. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/2019/06/campana-liberar-mujeres-presas-drogas

“#SINDATOSSINDERECHOS: URGIMOS AL INEGI A TRANSPARENTAR LOS CRITERIOS DETRÁS DE LA CANCELACIÓN DE ESTUDIOS QUE GENERAN DATOS ESTADÍSTICOS DE RELEVANCIA” 25 Enero 2019. Equis https://equis.org.mx/sindatossinderechos/

Ballesteros, Cecilia. “Presas por amor en México” 12 Feb 2018. El País https://elpais.com/internacional/2018/02/10/actualidad/1518234927_138991.html

Couldry, Nick. “Reality TV, or The Secret Theatre of Neoliberalism.” The Review of Education, Pedagogy, and Cultural Studies 30.1 (2008): 3-13.

Erreguerena, Isabel. “Por qué necesitamos información sobre mujeres presas.” 28 Enero 2019. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/blog-invitado/mas-y-mejor-informacion-sobre-mujeres-privadas-de-la-libertad/

Grazian, David. “Neoliberalism and the Realities of Reality Television.” Contexts 9.2 (Primavera 2010): 68-71.

Huizinga, Johan. Homo Ludens: A Study of the Play-Element in Culture. Routledge, 1949.

Patterson, Natasha. “Sabotaging Reality: Exploring Canadian Women’s Participation on Neoliberal Reality TV.” Canadian Journal of Communication 40 (2015): 281-295.

“Políticas de drogas, género y encarcelamiento en México: Una guía para políticas públicas incluyentes.” Sin fecha. Equis https://equis.org.mx/project/politicas-de-drogas-genero-y-encarcelamiento-en-mexico-una-guia-para-politicas-publicas-incluyentes/

Valenzuela, Minerva. Los caballeros las prefieren presas. Inédito.

 

—. Los caballeros las prefieren presas. Performance en vivo. 23 Agosto 2019.

 

 

 

 

 

Reflexiones

PHILOCUERPITA ESCENICUS

por Aplaudir de Pie 20 septiembre, 2020

Según antiguas  sabidurías, existen seres movedizos que no pertenecen a un solo reino. Pocas veces visibles,  se  piensa que estos  habitantes de mundos intermedios poseen cuerpos convergentes que transitan entre los  estados líquidos y los gaseosos. Algunos textos alquímicos señalan que de entre éstos, hay uno que cada cien años adquiere brevemente solidez, configurando estalagmitas vivientes que crecen en las orillas de los fiordos: nombrado -aunque con recelo- por la ciencia aristotélica como philocuerpita escenicus, se sabe que no habiendo sido dividido por las manos del ser en hembra y macho, existe materialmente como latencia pura. Dicha creatura experimenta procesos de licuefacción durante las noches en las que los efluvios estelares calientan la tierra, adquiriendo diversas configuraciones, las más de las veces la de un libro animado, cuyas hojas son sus escamas y su lomo el receptáculo de viejas escrituras. Habiendo solidificado brevemente, su piel imita las imágenes de los incunables; posee cuatro patas cuya configuración le permite desplazarse sobre cualquier cartografía. Su gran ojo central le provee de la penetración de los mundos visibles, propia del telescopio por las noches y del microscopio durante el día. Puntiagudas orejas y una sonrisa permanente, le sirven para comunicarse con otras animalidades por medio de un tañir de campanas que atraviesa los siglos, uniendo a los antiguos con los contemporáneos con el bramido que ha sido llamado por los taxónomos philosophein. Philocuerpita escenicus suele escribir cartas de su garra y letra, mismas que arroja a las corrientes de los ríos del tiempo, viajando hacia remitentes azarosos. Estas cartas reciben el nombre de traditio,  y son su forma de proliferar a través de la transmisión. Su escritura, sin embargo, no es solo aquella que es propia de la mano, pues su andar derrama tinta – propia de los enaima, porque es roja- sobre los mapas en los que se desplaza, sean éstos planos, cóncavos o convexos: la mundanidad toda forma parte de su arquitectura animal. No existe para su sistema perceptivo, por cierto,  realidad fuera de lo que  los eruditos -pero solo aquellos sujetos de herejía- llaman theatron. Es decir, el cosmos como contemplación es el ámbito propio de la philocuerpita: no hay rama, grafía, huella, edición, fruto, capítulo, elixir o brebaje que no se reconfigure en su percepción como algo digno de ser visto y ejecutado.   Este rasgo le es tan propio que se ha escuchado durante su rito de apareamiento con lo real, el  sonido emitido por sus escamas: “¡theorein!, ¡theorein!, ¡theorein!”.

Propio de su efímero estado sólido, philocuerpita escenicus construye cobertizos bajo los cuales cambiar las páginas de su piel. Cuando hay piedras, construye sobre las laderas un templo, llamado por la ciencia del doble, skene. Cuando se arrastra en los desiertos –tan cosmopolita es- teje con la cáscara de su ser efímero, telones escriturales donde la skene y el graphos se hacen uno. Pareciera entonces que la esceno-graphía es el mundo como resultado de la percepción a la que conducen sus sutiles órganos internos, entretejidos siempre, como señaló Pitágoras, con la partitura de la naturaleza.

 

Ilustración: Mar Aroko (@EmeAroko)

filósofa-artista

Miroslava Salcido filósofa-artista

 

Críticas

El cabarezoom: el género performativo digital para la pandemia

por Aplaudir de Pie 29 junio, 2020

En 2014, el último año que se llevó a cabo el censo del Sistema Automatizado de Información Censual del INEGI, la economía creativa mexicana valía más de 15 billones de dólares.[1] Desde marzo 2020, frente a una crisis de salud pública, muchos de estos sectores, a nivel mundial, han sufrido de manera incomprensible. Para la gente que participa en el sector de las artes escénicas y espectáculos, la pandemia provocada por el Coronavirus ha resultado en una inmensa escasez de espacios y recursos para generar ingresos. En el caso de México, y particularmente la Ciudad de México, de los casi 4.3 billones de pesos que representan el total de ingresos oficiales para 2014[2], ante una pandemia sin fin, no podemos configurar el daño irremediable que se ha ocurrido. En el mejor de los casos, lxs artistas que forman parte de compañías nacionales, o por lo menos lxs que tienen apoyo financiero de alguna entidad gubernamental, podrán sobrevivir. Sin embargo, para la mayoría de lxs artistas, esto no es su realidad. Más bien, mucha gente de teatro, danza, ópera, performance, entre otrxs ahora formarán parte de una economía creativa informal dentro de la cuál buscan una manera de seguir produciendo y subsistir.

En general, lo que sigue no es un análisis basado en teorías económicas, las cuales serán fundamentales para profundizar el lugar de las industrias creativas y culturales en México. Es más bien un acercamiento al trabajo digital han presentado Las Ruiz Negrete durante los últimos meses de confinamiento desde un sitio intelectual interdisciplinario. Inspirada por el libro, Politicizing Creative Economy: Activism and A Hunger Called Theatre, en que Dia Da Costa investiga las relaciones tensas entre el teatro, activismo y la economía creativa “oficial” de la India contemporánea, encuadraré las prácticas creativas mexicanas. Explorando, especificamente cómo el trabajo de Las Ruiz Negrete representa una posibilidad para oponerse a la cultura mercantilizada y hegemónica que se percibe en (y que se prolifera por) la gran mayoría de las industrias creativas y culturales oficiales (Da Costa 2). Es preciso notar cómo el argumento de Da Costa y el contenido de las performances de Las Ruiz Negrete hacen eco al concepto de la disidentificación de José Esteban Muñoz. Según Muñoz, desde un lugar liminal, los actos performativos funcionan como estrategias de la sobrevivencia para los cuerpos queer y no-heternormativos. Es otras palabras, desde un posicionamiento entre y fuera de una esfera popular (en este caso, una economía creativa “oficial”) las performances navegan los prejuicios y fobias para llegar a una articulación que pueda despertar la conciencia de lxs demás (Muñoz 4, 6).[3] Entonces, analizo la participación digital de Las Ruiz Negrete en esta economía creativa informal para lo que nos pueda enseñar sobre llevar al escenario los significados políticos múltiples de ser y estar, y específicamente, propongo que la adaptación virtual de The Shakesperean Tour es un ejemplo por excelencia del nuevo tipo de teatro-cabaret que ha nacido por las circunstancias: el cabarezoom.

 

Teatro-cabaret

El género únicamente mexicano que se conoce como teatro-cabaret surgió durante la década de los 80, ocupando ciertos espacios en la Ciudad de México tras eventos devastadores como el colapso económico en 1982 y el temblor que sacudió gran parte de la capital. Basta decir que tiene vínculos fuertes y directos con el teatro de carpa y teatro de revista, pero el teatro-cabaret de los siglos XX y XXI surge como respuesta directa a estos contextos de incertidumbre y crisis.[4]  Los trabajos creativos de Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe, Tito Vasconcelos y Astrid Hadad, como primera generación de este tipo de cabaret, reflejan una ansiedad profunda sobre el lugar del teatro y performance en un mundo tan plagado por males socioculturales y políticos. Estas figuras, entonces, explotaron su entrenamiento teatral y genio intelectual para crear algo nuevo mientras se sentía que el cielo se les caía encima. Señala Gastón Alzate que la motivación para emprender este viaje performativo también fue íntimamente ligado a los movimientos de la globalización durante el sexenio de Miguel de la Madrid: “veo el cabaret mexicano como una red simbólica contestataria relacionada con una necesidad social frente a mecanismos de marginación” (“Dramaturgia” 50). Con el cambio de regímenes, y la proliferación de discursos abiertamente misóginos, discriminatorios, homofóbicos, racistas, y más, estxs creadores siguen produciendo hasta hoy en día. Como enfatizó Rodríguez en 1990, pero se hubiera podido pronunciar en 2020: “estamos pasando por una crisis profunda y el cabaret siempre florece en crisis – ¿recuerda a los Nazis y cómo el cabaret se explotó en aquel entonces? En México, vivimos un espectáculo imposible, algo más allá de Ibsen o el absurdo. Vivimos una ficción perversa” (Obejas 8).[5]

En este texto desarrollaré una mirada analítica sobre el teatro-cabaret, como género performativo que todavía es ignorado y discriminado por la academia mexicana (y estadounidense) y las instituciones que controlan las artes escénicas. Su estatus liminal no le permite totalmente entrar al mundo de la economía creativa “oficial”, mucho menos en momentos de incertidumbre como los que tocan vivir ahora. Sin embargo, estar en los márgenes también significa tener la libertad (y la responsabilidad) de producir contenido que desafíe narrativas excluyentes y dañinas. En este punto, es preciso notar que el teatro-cabaret cuenta con una gran variedad de estilos y aproximaciones estéticas, pero según Cecilia Sotres, Reina Chula, “una obra de cabaret siempre tiene presentes dos elementos: humor y crítica social o política” (21). En el caso de Las Ruiz Negrete, como cuerpos disidentes, ya no caben en una definición de ciudadanía generalmente aceptada.[6] Identificarse como seres queer, no-binarixs, homosexuales, entre otras identidades interseccionales, implica que viven diariamente en riesgo de ser acosadxs, atacadxs o asesinadxs simplemente por existir. Asimismo, nunca han podido encontrar refugio en el mundo performativo “oficial” por transgredir tantas normas heteronormativas y patriarcales. Tiene sentido, entonces, que cuando se toparon con teatro-cabaret, se vieron reflejadxs “a través del espejo” (Monsiváis y Bonfil) de los escenarios, especialmente El Vicio, Youkali Cabaret y Foro A Poco No. Ruiz llegó al teatro-cabaret después de haber estudiado actuación en el CUT, mientras Negrete estudió cine en la Universidad de cine de Buenos Aires[7]. Lxs dos se sentían restringidxs por sus disciplinas y por eso, el teatro-cabaret les ofrece posibilidades para desafiar los límites y crear algo híbrido, un lenguaje audiovisual y performativo totalmente nuevo.

Desde el comienzo de la cuarentena en México, Las Ruiz Negrete han producido varias obras, motivadxs por un hambre de cambio social tanto como por un hambre literalmente. Según Da Costa, “durante tiempos que apestan a miedo, muerte e indiferencia, frente a todos los obstáculos, la economía creativa da paso a un cambio de estado” (238)[8], un cambio que promete a regenerar espacios, trabajos, infraestructuras y más. Hasta ahora, no creo que lxs artistxs sientan que la economía creativa haya generado inspiración ni oportunidades, y mucho menos cuando el mensaje de la obra es contestatario. Al contrario, mientras que el teatro-cabaret sigue perdiendo espacios, como la clausura del Youkali Cabaret en 2019, lo que les queda a muchxs durante esta pandemia es buscarse la vida en un sector creativo informal. Y así, han sobresalido Las Ruiz Negrete con sus producciones digitales: The Shakespearean Tour, Un OXXO en la noche,[9] y colaboración en los proyectos Acción+Aislamiento: 15 ejercicios de liberación virtual[10] y Contigo en la distancia: Cabarentena.[11] Ahora bien, algunas de estas producciones tienen una relación con la economía creativa “oficial” dado a un apoyo financiero (u otro), como de la Secretaria de Cultura o la UNAM. Sin embargo, igual como las acciones sin apoyo “oficial”, son modelos para inspirar contenido futuro digital aun después de volver a los teatros.

Fotografía cortesía de: Las Ruiz Negrete

 

 

The Shakespearean Tour

The Shakesperean Tour es una obra que trata sobre tolerancia, la vida diaria de una persona no heteronormada, específicamente no-binaria, y un fervor personal para interpretar a las protagonistas más importantes de Shakespeare. En este unipersonal de Mariano Ruiz, en pleno escenario, nos relata momentos de dolor, traición, miedo, y con un cariño innegable, exprime nuestros prejuicios acerca del género, masculinidad y feminidad que nos han inculcado los padres y una sociedad machista. La obra merece mucho más espacio crítico, pero este ensayo no es para analizar su contenido, sino su producción.[12] Su creación en vivo cuenta con varias escenas grabadas previamente. Por ejemplo, la transformación de Mariano con maquillaje y peluca, entrevistas callejeras sobre la sexualidad, canciones populares revisadas de Lady Gaga, Beyoncé y Ariana Grande, y las famosas escenas de los programas televisivos Lazos de amor, La Rosa de Guadalupe. Como señala esta breve lista, la obra en su totalidad cuenta con un apoyo técnico impecable, por parte de Jorge Negrete, en cuanto a los sonidos, las luces y el uso de la cámara en escena. En general, estas grabaciones audiovisuales funcionan para sostener el argumento de la obra. Más allá de eso, se puede decir que facilitan cambios fluidos entre escenas, sin tener que dejar el escenario vacío y silencioso. Este dominio técnico y sensibilidad para su incorporación al mundo cabaretero ha facilitado su adaptaptación al mundo digital.

Tras la pandemia, se ha presentado The Shakespearean Tour en plataformas digitales[13]. En las dos ocasiones, el trabajo de Las Ruiz Negrete no ha buscado reproducir la obra como fue imaginada para el escenario ni forzarla caber dentro de estos nuevos parámetros. Al contrario, su versión digital es un ejemplo que enriquece las posibilidades para seguir produciendo del teatro-cabaret durante estos momentos difíciles. En ese sentido, la adaptación digital ilumina las posibilidades de adaptación durante estos tiempos inseguros y, sobre todo, sensibiliza sobre el género desde el mundo tecnológico del siglo XXI. Por lo tanto, quiero dedicar espacio a delinear el proceso de preparar una reproducción digital. No es tan simple como conectar la computadora a zoom, compartir la pantalla, usar unos fondos divertidos, ponerse los auriculares y actuar. Eso no es teatro ni mucho menos teatro-cabaret. En el caso de The Shakespearean Tour, versión cabarezoom, cuenta con luces, pantallas verdes, dos cámaras y bocinas para proyectar sonido. Reconozco que conseguir un equipo técnico no es posible para mucha gente por la cuestión económica, y aun cuando es una realidad, tener todo esto, no significa saber usarlo. A la vez, haber incorporado estos recursos tecnológicos a la versión en vivo les permite a Las Ruiz Negrete adaptarse fácilmente a esta nueva realidad, preparadxs para sobrevivir en una economía creativa informal.

 

Sugerencias para cabarezoom en 3 partes

1. Hacer la tecnología parte del show. En otras palabras, en una presentación del cabarezoom no basta con poner una pantalla verde, proyectar el fondo deseado, y cambiar la vista entre interlocutores. La tecnología es una parte innegable a la experiencia en línea y tiene que dominarse cómo incluir contenido grabado previamente con lo que pasa “en vivo”. En The Shakespearean Tour, las escenas grabadas y editadas previamente se pensaban como “acompañamiento” al discurso de Ruiz en el escenario, imágenes que el público veía de distancia. En el cabarezoom, han cobrado otro significado; son una parte imprescindible de la producción virtual y dado a que el público ve muy de cerca este contenido digital, tiene que ser de una calidad impecable (Entrevista). Por ejemplo, el vídeo de Ruiz maquillándose o las entrevistas en la calle, antes se las usaban para dar la bienvenida al público, ahora son el comienzo de la obra. Estos videos, ya son la introducción a la crítica sociopolítica de Ruiz.

Igualmente, Las Ruiz Negrete logran manipular todos los aparatos que tienen a la mano para enriquecer las historias de cada personaje. Por ejemplo, cuando Ruiz interpreta a la Lady MacBeth y su ayudante (a la misma vez), se divide la pantalla en dos para darles a ellas la misma cantidad de espacio virtual. Por un lado, la Lady MacBeth se dirige a su propia cámara, qué esta en una parte de la casa de Ruiz y Negrete, mientras se ve en la otra pantalla el perfil de la ayudante desde lejos, dónde radica otra cámara. Así, cuando se acerca la ayudante a hablar, el espacio de la Lady se queda vacío. Es un chiste que entendemos lxs espectadores inmediatamente porque Ruiz: 1) no cambia de vestuario entre las dos personajes; y 2) le vemos moverse dentro del espacio mismo, corriendo de un lado para el otro.

Al usar dos cámaras y dividir el espacio de esta manera, Ruiz logra sostener un diálogo entre sus dos personajes que agrega un sentido hiperbólico y cómico a la escena. En efecto, mientras la Lady describe su plan para matar a su esposo, tiene el apoyo de un audio en off, que viene de una bocina al lado de la computadora. Entonces, mientras escucha la transición entre lo grabado y la voz diegética en vivo, visualmente apreciamos el lipsyncing de la Lady MacBeth. Obviamente, el público entiende la performatividad del gesto vocal, pero nunca vemos ni a Ruiz ni a Negrete manipular el sonido. Lo que hubiera podido ser una escena forzada, torpe y desastrosa para un mundo virtual, se convirtió en una escena precisa, tal como la totalidad de la obra. Incorporar la tecnología como una herramienta más, representa la creación de un lenguaje digital-teatral que abre camino a repensar su uso en el teatro-cabaret.

Photo Courtesy of: Christina Baker

 

2. Actuar frente a una computadora no significa eliminar o limitar la corporalidad. Por razones obvias, una producción digital jamás será lo mismo que presentar en un escenario. Sin embargo, se debe jugar con y adaptarse a los nuevos límites audio-visuales. Durante The Shakespearean Tour, Ruiz hace precisamente esto. Tras varias rutinas de baile, los momentos de angustia personal, cambios de look, y más, la cuerpa disidente de Ruiz siempre es una parte fundamental de la producción. A veces, le vemos en su totalidad, lejos de la cámara, mientras en otras instancias, vemos una cuerpa fragmentada que enfatiza ciertos movimientos o gestos. Por ejemplo, disfrutamos de los “close-ups” de su cara, que no solo nos relatan emociones, sino también nos obligan a enfrentar nuestrxs prejuicios acerca de la construcción de género. Es decir, el maquillaje de Ruiz, en contraste con su pecho expuesto, como espectadores, nos hace pensar en la posibilidad de colapsar la dualidad impuesta de ser “hombre” o “mujer.” Más allá de sus miradas audaces, sus movimientos enfatizan este estado de vivir entre y fuera de definiciones opresoras.

Cuando interpreta a Julieta, Ruiz recrea un baile que su personaje llevaba meses ensayando para su fiesta de quince años. Acompañada por una imagen proyectada de su fiesta, vemos la cuerpa de la personaje bailar. En general, no logramos ver la cuerpa entera; Ruiz se acerca a la cámara y vemos mayormente su torso moverse, intentando perrearnos la historia de su “sexual awakening.” Sus brazos y manos imitan gestos, como de cuando los senos crecen, su primera menstruación, la eyaculación, entre otros actos, mientras sus caderas nunca dejan de agitarse. No se trata aquí de juzgar el baile de Ruiz, aplicando adjetivos como “bien” o “mal”, porque así se convertirá en un análisis de gustos. Lo que sí importa es cómo, al jugar con la cámara de esta manera, de fragmentar la cuerpa, Ruiz logra hacernos pensar aun más en y desde la disidencia que encarna. A través de Julieta, y su torso no-binario, vemos cómo se disfruta de un acto tan sensible, el de bailar en una fiesta. De esa manera, como espectadores, nos es imposible negarle ni a Julieta ni a Ruiz mismx su humanidad.

Photo courtesy of: Christina Baker

 

3. Incluir a la audiencia y reconocer su presencia virtual. Como es de saber, la participación de la audiencia en el teatro-cabaret es un componente fundamental de la obra en sí. Eso no debe cambiar a pesar de que el género performativo ha tenido que adaptarse a la nueva realidad digital. Para Las Ruiz Negrete, jamás se podrá sacrificar esta conexión porque “la cosa de la realidad de la gente es una manera de vivir, una manera de compartir un momento” (Entrevista). En The Shakesperean Tour, una de las maneras más obvias y fáciles que Las Ruiz Negrete fomentan esta relación es a través de la cámara. Hablar directamente a lxs espectadores, acercándose como si estuviéramos cara a cara, ayuda a romper la distancia física y tecnológica. Ver las emociones en sus expresiones, en sus ojos, hasta las lágrimas de Ruiz cuando cuenta su propia historia de discriminación, capta este esfuerzo para mantener esta relación íntima con el público. Sin embargo, no es suficiente hablar directamente a la cámara, y, por lo tanto, a lxs espectadores, porque esto no es necesariamente participación. Esto es reconocer que hay una audiencia conectada. Para crear participación, Las Ruiz Negrete ha estado muy pendiente de los comentarios de la audiencia. Como una obra que se desarrolla según los deseos de la audiencia misma, se conserva esto a través de encuestas y los chats. Además, es una obra que cuenta con conversaciones con lxs espectadores. Para mostrar que la orientación sexual es una cosa individual y no tiene relación con la identidad de género, siempre involucra a alguien que se identifica como hombre heterosexual y su pareja romántica-afectiva. Al final de la obra, Ruiz finge ganar un óscar por su performance y necesita la ayuda de alguien del público para anunciar el premio. Estos momentos íntimos se impregnan de risas y aplausos. En la versión digital, a través de elegir participantes y compartir pantallas, se logra fortalecer una sensación de estar juntxs, a pesar de la distancia que nos separa. Tal vez, llegan a ser momentos aún más íntimos porque alcanzamos a conocer los hogares del público; a través de sus pantallas, vemos un fragmento de sus vidas y espacios personales. Para cerrar la obra, Las Ruiz Negrete también se toman el tiempo para saludar a su público, por sus nombres e invitan a quienes quiera encender la cámara y su micrófono para ser reconocidxs. Así, al cerrar su cabarezoom con este gesto cariñoso, Las Ruiz Negrete consolida la relación con su público.

Photo Courtesy of: Christina Baker

 

Conclusión:

La primera mitad de 2020 ha superado cualquier situación que se hubiera podido imaginar. La pandemia provocada por el coronavirus, el sismo de 7.5 en Oaxaca el 23 de junio, el asesinato de María Elizabeth Montaño, doctora y mujer transgénero, y un sinfín de otras noticias nos hieren constantemente el alma. El género de teatro-cabaret existe para enfrentar los males sociopolíticos con risas y críticas intrépidas, y es precisamente lo que necesitamos para sobrevivir estos momentos de tanta incertidumbre. A pesar de una falta de apoyo económico “oficial”, encontrarse como parte de una economía creativa informal no significa ser invisible. Al contrario, como vemos en el ejemplo The Shakespearean Tour, desde su lugar liminal, sigue rompiendo barreras. El cabarezoom de Las Ruiz Negrete no está conforme con silenciarse, sino sigue compartiendo un mensaje que desafía una narrativa heteronormativa y patriarcal. A través de plataformas digitales, alza la voz para que otrxs se sienten vistxs y amadxs por quienes son. Sobre todo, es un ejemplo admirable de la resiliencia; siendo transmitido por todo el mundo,  lo ha convertido en su escenario (chiste shakespeareano) y ha hecho del mundo un cabaret.

 

Christina Baker Investigadora, doctora en letras y salsera

 

 

 

[1] La economía creativa refiere a industrias creativas y culturales que se ha hecho cada vez más evidente. Según las Naciones Unidas, esta economía representa “un sector de la economía global que involucra cualquier forma de producción relacionada con la humanidad y su creatividad, que resulta en significados simbólicos; potencialmente contiene la propiedad intelectual de individuos o grupos; y que fomenta la creación de trabajos, ingresos personales, ingresos de exportación”  (Da Costa 11). Cuenta con la participación y producción de sectores como agencias de noticias, artes visuales, diseño, editoriales, educación artística y cultural, fotografía, turismo y patrimonio cultural, publicidad, artes escénicas y espectáculos y más.

[2] https://www.caiinno.org/industrias-creativas/

[3] “Disidentification is meant to be descriptive of the survival strategies the minority subject practices in order to negotiate a phobic majoritarian public sphere that continuously elides or punishes the existence of subjects who do not conform to the phantasm of normative citizenship” (4).

[4] Para más información sobre teatro de revista, véase María y Campos. Para más sobre teatro de carpa, véase Merlín. Para más sobre el desarrollo de cabaret, véase Alzate Teatro, “Dramaturgia”; Gutiérrez.

[5] we’re in such a profound crisis, and cabaret always flourishes in crisis–remember the Nazis, how cabaret boomed then? In Mexico, we’re in an impossible spectacle, beyond Ibsen or the absurd. We’re in a kind of perverse fiction” (Obejas 8).

[6] Véase Baker Queering mexicanidad.

[7] Ruiz ha tomado varios talleres de teatro-cabaret con Cecilia Sotres, Tito Vasconcelos y más. También es integrante de Parafernalia Teatro, con Erica Islas y Ana Laura Ramírez Ramos

[8] “In times that reek of fear, death, and disregard, against all odds the creative economy ushers in a change of mood” (Da Costa 238).

[9] Un OXXO en la noche ganó Mejor Vestuario y Mención Honorífica en el Concurso Nacional de Teatro Casero de Teatro UNAM.

[10] Para el ejercicio donde Negrete participó, véase aquí: https://teatrounam.com.mx/teatro/accion-aislamiento-15-ejercicios-de-liberacion-virtual/; https://youtu.be/KRnSAnwutUc

[11] Para ver ejemplos de sus videos de cabarentena, véase aquí: https://youtu.be/RDgETS9Zc1c; https://www.facebook.com/SecretariaCulturaMx/videos/2242783882683114

[12] Para un análisis detallado de la obra, véase: https://aplaudirdepie.com/the-shakespearean-tour/. Más allá del mundo virtual, se ha presentado The Shakesperean Tour en varios teatros en México, Colombia y los EEUU, desde 2017.

[13] La primera vez, Yaaj México les invitó a ser parte de un evento digital para conmemorar el día internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia (IDAHOT) el 17 de mayo 2020. Para ver la transmisión: https://www.facebook.com/yaajmexico/videos/264146491372706. La segunda vez fue una producción propia, en colaboración con El Vicio el 18 de junio 2020. Para ver la descripción de la obra digital transmitida por El Vicio: https://boletopolis.com/es/evento/14312

 

Textos citados

 

Alzate, Gastón. Teatro de Cabaret: Imaginarios Disidentes. Ediciones de GESTOS, 2002.

—.“Dramaturgia, ciudadanía y anti-neoliberalismo: el cabaret mexicano contemporáneo.” Latin American Theatre Review 41.2 (Spring 2008): 49-66.

Baker, Christina. Queering Mexicanidad in Cabaret and Film: Redefining Boundaries of Belonging. University of Wisconsin-Madison, PhD Dissertation, UMI, 2015.

Da Costa, Dia. Politicizing Creative Economy: Activism and A Hunger Called Theatre. U of Illinois P, 2017.

Gutiérrez, Laura G. Performing Mexicanidad: Vendidas y Cabareteras on the Transnational Stage. U of Texas P, 2010.

María y Campos, Armando. El teatro de género chico en la Revolución Mexicana. Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1956.

Merlín, Socorro. Vida y Milagros de las carpas: La carpa en México, 1930-1950. 1st ed. CITRU, 1995.

Muñoz, José Esteban. Disidentifications: Queers of Color and the Performance of Politics. U of Minnesota P, 1999.

Obejas, Achy. “It Hurts to Laugh: Even Performance Artists are Numbered by Mexico’s Crises.” Chicago Tribune 11 April 1996: 8.

Ruiz, Mariano y Jorge Negrete. Entrevista personal. 25 Junio. 2020.

Sotres, Cecilia. Introducción al cabaret (con albur). Paso de Gato, 2016.

 

Entrevistas

Entrenamiento dramatúrgico: Sergio Blanco

por Aplaudir de Pie 8 junio, 2020

Entrenamiento dramatúrgico. Un autor/autora se prepara

“Si no practico un día, lo noto yo. Si no practico en dos días, lo advierten mis colegas. Y si no practico en tres días se da cuenta todo el mundo”. Esta frase se le adjudica a múltiples músicos, pero lo importante no es quién la dijo realmente sino lo que devela del mundo artístico: las personas dedicadas al arte requieren de un entrenamiento constante para mantener el dominio sobre su oficio. Esto es claro en las artes en donde el cuerpo se ve implicado de forma más notoria. Bailarines y bailarinas bailan todo el tiempo, actrices y actores realizan disciplinas físicas, músicos se la pasan ensayando con sus instrumentos, cantantes con su voz… Pero en un arte como la escritura teatral, ¿de qué manera una persona dedicada a la dramaturgia se mantiene en forma?

Para contestar estas preguntas y otras tantas consultamos a múltiples dramaturgas y dramaturgos que llevan tiempo dedicándose a su profesión y cuya mano, pluma, máquina de escribir o teclado, está en excelente forma. En este texto entrevistamos al dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco.

  1. ¿Qué consideras fundamental entrenar para mantenerte en forma como dramaturga/dramaturgo?

 

Sergio Blanco: La mirada. Lo que más entreno es mi mirada sobre el mundo. La escritura para mí no se limita al gesto mismo de escribir palabras en un papel o en un software, sino que empieza con una mirada que deposito sobre el mundo, las personas, las cosas. Creo que todo acto de creación está precedido por una mirada. Yo le llamo mirada sensible porque creo que es una mirada que deriva del cuerpo y de la sensibilidad y no de la estricta racionalidad. El filósofo francés Jacques Rancière dice que «la estética es la distribución de lo sensible», y yo adhiero mucho con esta idea, ya que creo que el arte es el espacio de lo sensible: hay una enorme sensibilidad en juego. La mirada sensible es entonces lo que yo trato de entrenar sin olvidar nunca que se trata de una mirada curiosa que busca, que duda, tiembla. Es una mirada capaz de sorprenderse. Es una mirada empática. Es una mirada que está viva. No es necesariamente una mirada que sabe, sino que, al contrario, es una mirada que busca comprender desde lo sensible, es decir, una mirada que cuestiona y se cuestiona. Para mí este tipo de mirada es fundamental ya que es la que conduce a una mirada singular, única e irrepetible: a la mirada propia que cada uno tiene sobre el mundo. Esta mirada sensible es la que nos conecta con nuestro centro de gravedad a partir del cual podemos decir algo, a partir del cual podemos crear y producir sentido. Es por esto mismo que esta mirada es lo que estoy entrenando todo el tiempo. Y también es por esto mismo que varias veces he afirmado que siento que estoy escribiendo todo el tiempo, aunque no esté escribiendo.

 

  1. ¿Cuánto tiempo dedicas diario a tu entrenamiento como dramaturga/dramaturgo y en qué consiste?

 

Sergio Blanco: Todos los días me siento en mi escritorio entre las 5 y las 11 de la mañana. Esas seis horas las dedico a leer, a estudiar, a escribir. Esa escritura puede declinarse en artículos, conferencias, seminarios, relatos o en el texto teatral que esté escribiendo en ese momento. Me gusta concentrarme en la escritura a esa hora bien temprano. Muchas veces incluso es de noche cuando estoy empezando. Y además en París – que es la ciudad en donde vivo –, la mayoría del tiempo los días son nublados y grises, y esto último me ayuda mucho a la concentración. La luz gris y platinada de París además de ser muy elegante, es una luz que ayuda mucho a no dispersarse. Mis únicos requerimientos a la hora de sentarme a escribir son mi biblioteca al lado, mi gato cerca y mucho té que bebo durante esas horas de trabajo. Es extraño, pero fuera de ese horario y de ese lugar, me cuesta mucho escribir. Necesito esa luz, necesito la proximidad de mi biblioteca que consulto permanentemente, necesito tomar té y necesito que mi gato esté cerca.

 

  1. ¿Cómo era tu entrenamiento en tus inicios y qué ha cambiado con el paso del tiempo?

 

Sergio Blanco: Creo que no ha cambiado mucho. Siento que mi forma de escribir es siempre la misma. Y también mi escritura. Por más que haya escrito distintos textos, me gusta pensar que finalmente se trata siempre de un solo texto que voy escribiendo en distintos momentos de mi vida. A veces pienso que quizá todas mis obras no sean más que las distintas partes de una sola obra que intento escribir todas las mañanas. No obstante, también es cierto que en algunos casos he establecido consignas de escritura específicas solamente a ese texto que estaba escribiendo: una vez por ejemplo, me propuse escribir una obra con todas las teclas de mi teclado incluso con aquellos signos que no forman parte del alfabeto y el resultado fue mi obra diptiko (vol. 1 y 2); otra vez me propuse escribir un texto en donde los parlamentos de cada personaje no excedieran más de un solo renglón y el resultado fue Barbarie; otra vez decidí escribir una obra en un solo día mientras caminaba por Atenas y en el mapa de la ciudad y el resultado fue Kassandra; otra vez decidí escribir todo el texto a mano y con sangre de toro y el resultado fue Cuando pases sobre mi tumba. Pero por más que me imponga consignas específicas que en esos casos han alterado las circunstancias, las mayorías de las veces el rito es siempre el mismo: después de desayunar, me instalo en mi biblioteca y durante seis horas escribo.

 

  1. ¿Escribes diario? ¿Teatro? ¿Cuánto tiempo dedicas diario a la escritura teatral?

 

Sergio Blanco: Sí, escribo a diario. Es lo único que sé hacer. Solo sé leer y escribir. No sé hacer ninguna otra cosa más. Y además es la única forma que tengo para pasar el tiempo. Y también para estar menos solo, porque cuando escribo siempre tengo presente de que lo estoy haciendo para alguien que algún día va a leer lo que escribo en soledad. Escribir es una forma de darse cita con alguien que uno sabe que nunca va a conocer pero que lo ayuda a uno a sentirme menos solo. 

 

  1. ¿Qué recomendaciones podrías dar para que otros dramaturgos/dramaturgas se mantengan en forma?

 

Sergio Blanco: No soy bueno dando consejos o recomendando cosas. No me gusta hacerlo. Lo único que advertiría a quien desea escribir o dedicarse a la escritura, es que es importante tomar conciencia de que la escritura es algo muy físico. Mucho más físico de lo que la gente piensa. Muchas veces la escritura puede llegar incluso a ser un acto doloroso para el cuerpo: las manos se cansan, los ojos, la espalda, el cuello. Luego de una sesión extensa de escritura, el cuerpo suele quedar dolido. Hay veces en que a medida que las horas van pasando, el malestar del cuerpo se hace cada vez más presente: los músculos se contraen, los nervios se crispan, la vista se cansa… Muchas veces al final de una jornada de escritura, el cuerpo queda absolutamente rendido, agotado y sin fuerzas. Y también muy seguido me sucede que mi cuerpo se enferma, algo así como si la escritura lo debilitara, como si lo volviera vulnerable. La experiencia me ha enseñado que escribir es un momento de gran intensidad corporal: el verbo se hace carne en todo el sentido del término.

Dramaturgo y director teatral franco-uruguayo, Sergio Blanco vivió su infancia y su adolescencia en Montevideo y reside actualmente en París. Luego de realizar estudios de filología clásica ha decidido dedicarse por entero a la escritura y a la dirección teatral. Sus piezas han sido distinguidas en reiteradas oportunidades con varios primeros premios, entre ellos, el Premio Nacional de Dramaturgia del Uruguay, el Premio de Dramaturgia de la Intendencia de Montevideo, el Premio del Fondo Nacional de Teatro, el Premio Florencio al Mejor Dramaturgo, el Premio Internacional Casa de las Américas y el Premio Theatre Awards al Mejor Texto en Grecia. En 2017 su pieza Tebas Land recibe el prestigioso premio británico Award Off West End en Londres. Su obra entra al repertorio de la Comedia Nacional de Uruguay en 2003 y 2007 con sus piezas .45’ y Kiev. Entre sus títulos más conocidos se destacan Slaughter, .45’, Kiev, Barbarie, Kassandra, El salto de Darwin, Tebas Land, Ostia, La ira de Narciso, El bramido de Düsseldorf, Cuando pases sobre mi tumba, Cartografía de una desaparición, Tráfico y Zoo. Varias de sus obras han sido estrenadas en su país y en el extranjero, y la mayoría de ellas traducidas a distintas lenguas y publicadas en diferentes países.

Entrevistas

Entrenamiento dramatúrgico: Humberto Robles

por Aplaudir de Pie 12 marzo, 2020

Entrenamiento dramatúrgico. Un autor/autora se prepara

“Si no practico un día, lo noto yo. Si no practico en dos días, lo advierten mis colegas. Y si no practico en tres días se da cuenta todo el mundo”. Esta frase se le adjudica a múltiples músicos, pero lo importante no es quién la dijo realmente sino lo que devela del mundo artístico: las personas dedicadas al arte requieren de un entrenamiento constante para mantener el dominio sobre su oficio. Esto es claro en las artes en donde el cuerpo se ve implicado de forma más notoria. Bailarines y bailarinas bailan todo el tiempo, actrices y actores realizan disciplinas físicas, músicos se la pasan ensayando con sus instrumentos, cantantes con su voz… Pero en un arte como la escritura teatral, ¿de qué manera una persona dedicada a la dramaturgia se mantiene en forma?

Para contestar estas preguntas y otras tantas consultamos a múltiples dramaturgas y dramaturgos que llevan tiempo dedicándose a su profesión y cuya mano, pluma, máquina de escribir o teclado, está en excelente forma. En este texto entrevistamos al dramaturgo mexicano Humberto Robles.

 

¿Qué consideras fundamental entrenar para mantenerte en forma como dramaturgo?

Humberto Robles: Hablo desde mi experiencia e intereses muy particulares: para mí es indispensable asistir a actividades culturales, leer, ver teatro, cabaret, cine, series, viajar, estar informado por medio de la prensa, colaborar con colectivos de derechos humanos, y algo no menos importante, escuchar y dialogar con todo tipo de personas. Como procuro que mis textos siempre posean una crítica social, estoy al tanto de diversos movimientos sociales para luego exponer esas ideas en una obra de teatro documental, una para cabaret, o para algún otro medio. Me nutro de todo aquello que me interesa, profundizo en el tema y busco la mejor manera de plasmarlo en un texto para que el discurso sea claro y contundente.

¿Cuánto tiempo dedicas diario a tu entrenamiento como dramaturgo y en qué consiste?

Humberto Robles: Como también trabajo en otros ámbitos, escribo diariamente, ya sea para la televisión, columnas periodísticas, guiones para campañas de movimientos sociales o para eventos político-culturales. Así como el músico o el bailarín debe entrenar muchas horas cada día, es idóneo que el dramaturgo ejercite el “músculo” de la escritura, por eso no desdeño ningún medio que me permita seguir haciéndolo; la práctica continua refuerza la destreza y evita el anquilosamiento. Por otro lado, después de leer, o ver una película, una serie o una obra, suelo analizar los personajes, los diálogos, la estructura, los giros dramáticos. Como uno se alimenta de lo que hace, ve y escucha, todo va formando parte del entrenamiento que a la vez resulta una actividad lúdica.

¿Cómo era tu entrenamiento en tus inicios y qué ha cambiado con el paso del tiempo?

Humberto Robles: Por diversas cuestiones asisto poco al teatro y desgraciadamente no viajo tanto como antes que vivía en otros países, asistía a festivales teatrales, o daba talleres y conferencias en donde me invitaban. Espero volver a hacerlo porque han sido sumamente enriquecedoras esas residencias artísticas que me he financiado, asistir y participar en festivales y, cuando he dado talleres o conferencias, el compartir y dialogar con los asistentes.

¿Escribes diario? ¿Teatro? ¿Cuánto tiempo dedicas diario a la escritura teatral?

Humberto Robles: A diario escribo para otros medios, pero siempre tengo en mente una o dos obras a las que les estoy dando vueltas en la cabeza, de las cuales estoy investigando o buscando la forma que considero más idónea para expresar lo que quiero decir. A veces me tardo tiempo en escribir una obra, pero cuando ya tengo la idea clara, me siento a trabajarla y retrabajarla todo el tiempo que lo amerite; después dejo descansar el texto y lo retomo después para pulirlo. Por otro lado, siempre estoy dispuesto a escribir teatro express, teatro de emergencia; pongo mi capacidad al servicio de grupos u organizaciones sociales para llevar a escena los asuntos del momento; probablemente teatro o textos efímeros, pero útiles para el presente inmediato.

¿Qué recomendaciones podrías dar para que otros dramaturgos/dramaturgas se mantengan en forma?

Humberto Robles: De todos los oficios del teatro, el de la dramaturgia es de los más solitarios, por lo mismo hay que evitar el aislamiento y no alejarse de la realidad. Hay que enriquecerse como ser humano, empaparse de cultura clásica, popular y moderna, no forzosamente lo que esté de moda. Si se quiere llegar a una mayor cantidad de públicos, hay que domar nuestro ego, apartarnos de visiones narcisistas y aproximarnos a un enfoque más universal. No dejarse influenciar por modas snobs o tendencias en boga solo porque algunos teatreros, críticos o académicos las alaban o dictan que es “lo de hoy”; no querer quedar bien con nadie, solo con uno mismo, pensando siempre en el público al que nos dirigimos. Escuchar y estar atento a otras voces para que la nuestra sea más plural, diversa, con un enfoque más amplio; dejar a un lado los dogmas y los prejuicios. No dejarse seducir por el poder para cuestionarlo siempre. Tener paciencia para escribir una obra que amerita mucha dedicación, pero también estar dispuesto a escribir teatro urgente y poner nuestra habilidad al servicio de los demás, desinteresadamente. Ser íntegros, éticos, generosos y soldarios.

Humberto Robles, dramaturgo y guionista independiente; también ha dirigido sus propias obras de teatro en México, Uruguay, Colombia y España. Sus obras han sido montadas en 30 países, en cuatro continentes, por lo que está considerado como el dramaturgo mexicano vivo más representado internacionalmente. Algunas de sus obras han sido traducidas al italiano, inglés, portugués, francés, alemán y polaco. Ha recibido seis premios como dramaturgo, entre ellos el Premio Nacional de Dramaturgia “Emilio Carballido” 2014. Entre sus obras destacan “Mujeres de Arena”, “Frida Kahlo Viva la vida”, “La noche que jamás existió”, “El Ornitorrinco”, “Nosotros somos los Culpables”, «Leonardo y la máquina de volar» y varias obras de cabaret como «Ni princesas ni esclavas». Escribe artículos para algunos medios digitales y a la par colabora con varias organizaciones de derechos humanos no gubernamentales. http://www.humbertorobles.com/

Reseñas

Un tonto en una caja

por Aplaudir de Pie 6 marzo, 2020

En Argentina la dramaturgia es caudalosa. Y si bien hay compañías que trabajan textos de autorxs específicxs, o ciclos como “Invocaciones” que se lleva a cabo en Buenos Aires y cuya propuesta consiste en invitar a directorxs a dialogar con clásicos y reversionarlos, en la mayoría de los casos, autorxs que escriben teatro, dirigen sus propios textos. Por suerte, la poligamia literaria también existe y es posible enamorarse de otras textualidades. Sucede indefectiblemente en la lectura, nos obsesionamos con autorxs, nos identificamos con sus imágenes, buscamos respuestas en los interrogantes de un otrx, nos gusta reconocerlx en el juego inteligente que sostiene con el lenguaje y en la intimidad que establece con la ficción.

 

Ese parece ser el caso de la compañía Make Project, que lleva adelante su tercer montaje de textos del tucumano Martín Giner. En esta oportunidad, Un tonto en una caja, dirigida por el joven Alberto Magaña e interpretada por Azucena Evans, Coralia Manterola y Gabriela Escatel, invita al público a sumergirse en una especie de poética de la estratificación, una reunión de cartón entre las clases sociales con canapés masticados, vestuarios grotescos y miradas esquivas. La lucha social como un juego de mesa.

 

Podríamos pensar que estamos por ver un infantil. Tres actrices vestidas de blanco circulan por una atmósfera onírica. Los pocos y estratégicos elementos escenográficos y una iluminación que se condensa en el azul nos ubican en un cronotopo incierto y hasta utópico, en el que se instala mansamente el debate de clases. La sociedad, dividida entre notables, grandes y pequeñxs o tontxs, se reúne por invitación de la clase más alta a pensar “como si fueran iguales” sobre la magia, la vida y la muerte. Pero esta invitación resulta sospechosa desde el comienzo porque en este mundo no hay lugar para lxs tontxs. Lxs tontxs no tienen nada para perder, son ridículxs y se ocultan detrás de cargos de importancia pública como ministrxs de educación, postal que hace eco en todas las geografías y por supuesto, motivo de numerosas risas en la sala.

 

El personaje de la “notable” planea que sus invitadas se introduzcan en una caja mágica para poder extender su vida, pero disimula su idea con la hipótesis de la búsqueda de la verdad (¿el poder produce verdad?) y su aparente curiosidad por develar si la magia existe. Lo cierto es que a esta Pandora de la realeza poco le importa la ciencia. Este no es un acertijo para el empirismo sino una necesidad de continuar en el privilegio a costa de las demás. Extender su vida, restándole años a la vida de las otras bajo el falso discurso de la igualdad.

 

Merece la pena reflexionar sobre el hallazgo del director de apostar a que los personajes estén encarnados exclusivamente por mujeres. ¿Cómo enunciar la igualdad desde tres cuerpos atravesados históricamente por la desigualdad? En un marco de 10 femicidios por día en México,  ¿quiénes no tienen nada para perder? ¿Cómo se delimita la asimetría social, la estupidez? ¿Con qué velocidad la fuerza esclavista planifica y decide por nosotras? ¿Quién está muriendo? ¿Cómo organizar la rebelión? ¿Cómo se resiste? ¿Cómo evitar terminar dentro de una caja? Esta cruda perspectiva atraviesa el relato con poderosa incisión y se hace carne en la emocionalidad.

 

Afortunadamente, ya lo dijo Foucault: donde hay poder siempre habrá resistencia. La astucia jerárquica se desarma cuando le hacemos un lugar al “gramo de duda” y entendemos que el malicioso plan de la clase alta podría ser en realidad un plan malicioso de la clase media que podría ser, a su vez, un plan malicioso de la clase baja. El plan perfecto.

Consuelo Iturraspe. Dramaturga, directora, poeta y fotógrafa.

Proyecto fotográfico documental camarines de Consuelo Iturraspe. Diálogo monocromático entre la fotografía y las artes escénicas. Una ventana abierta a la intimidad de un elenco antes de hacer una obra. La ficción en potencia y la fragilidad detenida. Una conversación privada entre artistas y espejos.

Reseñas

TEATRALIDAD Y MURGA URUGUAYA

por Aplaudir de Pie 25 enero, 2020

Existen cosas en el mundo que valen la pena por sí mismas. Poemas, novelas, canciones, obras de teatro, plantas, licores y momentos que no nos necesitan para existir. Sin embargo, somos nosotros los que necesitamos de ellas para mejor vivir. Este es el preámbulo con el que presento y comparto el referente de  la murga uruguaya que es una de esas cosas que, al menos yo, no sabía que necesitaba y que han hecho más placentera mi existencia.

 

La murga uruguaya es una de las tradiciones teatrales más recientes. Nace de la murga española, tanto por influencia como por su ausencia, en otras palabras: por una de esas cosas raras de la vida. Era costumbre uruguaya de principios del siglo XX el contratar a españoles para amenizar el carnaval con sus cantos como la zarzuela y la murga. Los uruguayos consumían del espectáculo ibérico con la misma pasión con la que bebían la yerba mate, pero un día los españoles no llegaron a cantar.

 

El uruguayo de 1908 tomó la ausencia de ese carnaval no como pena sino como una tragedia. Imaginemos el clima fresco de un siglo sin automóviles. Pensemos en ese momento con escenarios al aire libre listos para recibir a la gente, pero sin nadie ni nada que ver. Sin duda, la desolación del carnaval fue una paradoja difícil de soportar en ese mal año. A grandes males, grandes remedios, y así como reza el refrán, se buscó una solución para salvar al menos la fiesta de ese año. A falta de cantantes resolvieron el problema de la manera más simple que pudieron encontrar y terminaron haciendo ellos mismos el espectáculo. La respuesta emergente tuvo tanto éxito que, a partir de ese momento se dejó de contratar a españoles para ver la nueva versión de entretenimiento.

 

La fábula empresarial, que a mí me importa muy poco, debe ser algo así como «nunca dejes que tu cliente se de cuenta de que no te necesita para hacer las cosas».  Los vecinos de cada hacienda y cada pequeña región, diminuta al ser Uruguay un paisito, se organizaron entre ellos por lo que tuvo pronto su propia murga. Un canto que, aunque nacía de una influencia extranjera expresó la personalidad y sentimientos que los hacen únicos. Con el paso del tiempo cada localidad construyó su propio escenario. Los trabajadores del campo y obreros se convirtieron poco a poco en los cantantes y letristas que se presentarían en cada carnaval. Entre ellos se repartieron las tareas que necesitaron para pararse sobre las tablas de madera con la cabeza alta. Los que hacían costuras y ropa confeccionaron vestuarios, los carpinteros se transformaron en escenógrafos y dentro de la pequeña sociedad de cada barrio se formó una murga.

 

La cantidad de grupos y espectáculos propició la generación de un concurso anual y permitieron hacerse de una tradición viva. Pero, ¿qué implica la murga uruguaya?, ¿por qué es tan especial cómo para pasar las tardes buscando videos en Youtube?, ¿qué tiene la murga que la hace tan única? Para mí la respuesta no se encuentra en el escenario ni en su calidad ni en su realización. La murga uruguaya se destaca de las teatralidades del siglo XX por su contacto con el público. Finalmente, no es sólo un coro de barrio que compone y canta lo que le pasa al Uruguay, al paisito como lo reconocen ellos. Además, es una expresión escénica con una afluencia de espectadores sin par en el mundo entero. Quizá sólo es comparable con la comunidad japonesa del pueblo de Oshika que representa durante el verano las obras de repertorio del teatro Kabuki.

 

La murga uruguaya comparte con el kabuki japonés de Oshika la participación de la comunidad en la preparación del acto de representación y la participación de la misma comunidad como espectadores. Las diferencias son por supuesto el idioma, el sentido político, el crear un espectáculo nuevo cada año, el tiempo de representación como del espectáculo en sí. También los separan el consumo en cantidades exorbitantes de mate y carne para el asado. Aun así, se emparentan de nuevo con la presencia de la música dentro de la escena, del vestuario y del maquillaje.

 

Pese a la juventud de la murga uruguaya -poco más de cien años- ha sabido adaptarse a los problemas del siglo XXI. Por ejemplo, sobrevivió a la dictadura y, no sé muy bien cómo, a la alternancia del poder por izquierda misma sin perder su espíritu transgresor. El murguero aprendió a hacer chistes tanto de sí mismo como de la figura -casi sacrosanta-   del presidente Mujica. En contra de todos los inconvenientes, la murga no se ha colapsado con el radio, la televisión, el internet e incluso ha logrado que los concursos de murgas formen parte de la programación del canal nacional. La murga uruguaya es una experiencia, la única que ha logrado que desee a ratos cambiar mi nacionalidad mexicana para pintarme la cara carnavalescamente y pasar noches enteras con amigos para hacer un espectáculo y cantar a cielo abierto contra todo.

 

Estas palabras llegan a su fin y dan pie a una lista de vídeos en Youtube para ver y disfrutar la murga del paisito. Si conoces uruguayos en esta tierra azteca no dudes en darles mi correo de contacto que en mi casa no falta agua caliente para el mate, ni carbón para el asado ni un par de orejas para escuchar este canto. O bien, hagan la reunión entre ustedes y sin invitarme, que para disfrutar esto no hace falta nada más que sentarse, escuchar y ver.

Anthar Santos-Dramaturgo/@antharsantos

 

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