El Palau de la Música es un cielo abierto donde refugiarse de la oscuridad del mundo. Desde el palco, la realidad sólo se manifiesta por las mascarillas y los protocolos.
Puede que la danza haya empezado en el momento en que la multitud ingresaba al teatro como a un limbo, entregada, con sus pasos lentos y administrados, a una coreografía de la hipnosis, admirando los vitrales, las cerámicas vidriadas o la claraboya descomunal.
Broken Chord esconde un relato y una investigación que se agradecen, un hallazgo. Situada entre 1891 y 1893, esta obra documental busca homenajear a un grupo de cantantes negrxs sudafricanxs que viajaron hacia territorio blanco: Reino Unido y Canadá, en una gira artística con el fin de recaudar dinero para fundar una escuela en provincia del Cabo.
Del coro y su viaje (que fue muy exitoso) hay poco archivo fotográfico, pero esta obra intenta, a través de una sensibilidad desgarradora poblada de imágenes de grupalidad y viaje, acercarnos un registro musical de la odisea, al mismo tiempo que reflexiona sobre la cultura africana, la opresión colonial y la migración, en el marco de un Festival que este año está protagonizado por creadorxs africanos.
Si bien un acorde roto brilla por su individualidad, en Broken Chord, lo colectivo es principio. Gregory Maqoma es una deidad, virtuosa y espléndida, que se mueve como si hubiera nacido para adueñarse de este auditorio. Sin embargo, es junto a Xolisile Bongwana, Zandile Hlatshwayo, Siphiwe Nkabinde, Tshegofatso Khunwane y una iluminación ingeniosa que lxs persigue y potencia, que logra aparecer en escena ese coro nómade con voces que no dejan de vibrar ni un momento en los corazones del público
El cuerpo hace lo que la palabra nunca puede. Sus voces, los sonidos que emiten, los bailes tradicionales del pueblo Xhosa, la danza contemporánea y los balanceos sobre un océano sin fronteras, logran que prescindamos de cualquier texto, inclusive de aquellos que aparecen como una fuerza inútil para subrayar el relato.
Por su parte, la participación del Cor de Cabra del Palau de la Música, un elenco que cambia en cada ciudad donde se realiza el montaje, enriquecen el espectáculo y lo rodean como un collar blanco que resignifica la historia.
¿Es esto teatro? ¿Una ópera?¿Un concierto? Tal vez se trate de un ritual. Algo al fin vivo. Un ejemplo de experiencia de la sublimación. Un material político que recupera tradiciones y viaja del pasado hacia el presente para señalar lo que está roto. Un trabajo exhaustivo, tallado, de precisión y magnetismo.
En Broken Chord, Maqoma y su compañía nos quiebran de belleza. Los aplausos ruidosos de largos minutos de duración son la coreografía final.