“Quiero contarles la historia de un matrimonio. Ellos estuvieron siempre juntos, todo el tiempo…” Con estas palabras Adriana Roel da inicio a “Ilusiones” la obra de Iván Viripaiev traducida por Stefanie Weiss y Mauricio García Lozano quien además se encarga de la dirección del montaje de la Compañía Nacional de Teatro que se presenta en el Teatro Julio Prieto (Av. Xola No. 809, Benito Juárez, Colonia del Valle) hasta el 10 de mayo.
Esta obra es imperdible por varias razones, en primer lugar por las maravillosas actuaciones de Ana Ofelia Murguía, Farnesio de Bernal, Ricardo Blume y Angélica Roel.[1] Los primeros actores dan vida a los integrantes de dos matrimonios cimentados en el amor, un sentimiento que además de haberlos unido les ha permitido permanecer juntos a lo largo del tiempo.
El tema central de obra constituye precisamente otra de las razones por las que debemos asistir a alguna de las funciones. Tomando en cuenta que el amor es evanescente y efímero en los tiempos que vivimos, que poco queda ya de los compromisos eternos de los matrimonios antiguos, y que ninguna promesa resulta hoy inquebrantable, sea honrar y respetar a la pareja, serle fiel o estar juntos hasta que la muerte los separe, esta obra resulta necesaria para volver a creer en los amores eternos, para darnos cuenta de que el amor es el sentimiento que nos permite trascender, que al afectarnos una vez y para siempre nos transforma en mejores personas. Esta obra habla del primer amor que es en realidad el único que permanece a pesar de su aparente inconstancia, a pesar de que algunas veces la ardorosa llama de la pasión que nos consume en juventud se vuelve fuego lento, calor de hogar. Así es igualmente bello, así nos reconforta en el seno familiar.
El sencillo montaje es un acierto poético, pues sin necesidad más que de la música en vivo de un violonchelo a cargo de Natalia Pérez, cuatro sillas giratorias, y todo el talento del mundo a cuestas, “Ilusiones” nos recuerda que el verdadero amor es un milagro, pero también es responsabilidad y gratitud, que se construye día con día, que se trabaja. Que la rutina no existe porque la compañía del ser amado transforma la realidad en un todo extraordinario, porque las historias compartidas valen más que cualquier aventura pasajera y resuelven cualquier conflicto. El amor es la mínima constancia necesaria en este universo cambiante.
Para más información sobre las funciones de «Ilusiones» puedes visitar: http://www.cnteatro.bellasartes.gob.mx/
Notas.
[1] Adriana Roel alterna el personaje de “la primera mujer”, “Sandra” con Martha Aura. Hemos decidió reservar nuestra opinión al respecto de la segunda simplemente porque en las ocasiones que hemos asistido a la función de este montaje, no se nos ha presentado la oportunidad de verla en el escenario.