Fotografía por Nora Lezano.
La idea de trascendencia permea todos los actos humanos. Podemos observar esta necesidad de trascender en la creencia popular que señala que al mundo uno debe venir a tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Estos actos de permanencia existen ante la angustia de que nuestro nombre, escrito en la arena de los días, desaparezca para siempre. Frente a esta inquietud los seres humanos tratamos de dejar prueba de nuestra vida a toda costa y una de las maneras que encuentran muchos son las artes. Pero es una labor difícil para aquellos que eligieron el arte del teatro, porque “el teatro es un fenómeno que muere en el momento de estar naciendo”, como ha dicho Jorge Dubatti.
La Máquina Idiota de Ricardo Bartís cuenta la historia de un grupo de actores de ínfima categoría que están muertos, pero siguen ensayando porque quieren seguir actuando. Pero estos actores, aunque no lograron trascender en vida, no actúan para alcanzar gloria o reconocimiento ahora muertos. De esta forma Bartís nos conduce a mirar dentro del alma de los actores y del hecho teatral. La Máquina Idiota es una oda al oficio del teatro.
La puesta en escena sorprende desde que entras al foro, pues inmediatamente nos conduce a otra realidad. Sensación que se mantiene toda la obra gracias a la precisión de los actores y la dirección escénica. La intertextualidad con fragmentos de obras de Shakespeare es exquisita, generando metáforas sublimes de las cuales el mismo Bartís después hará burla, recordándonos que el teatro es poesía, sí, pero también es carne y un juego en donde la solemnidad no tiene cabida.
Todo en el montaje es sobresaliente, pero lo que considero realmente potente es esa imagen de actores que siguen preparándose para presentarse aún después de haber muerto. Sin duda el teatro es así, un caminar sin tregua al encuentro de un público invisible, por ninguna razón, pero por todas, pues la razón más íntima de los hacedores de teatro no la conocen ni ellos mismos. Y aun así, en esa oscuridad de sentido que trasciende la necesidad de permanencia como puede verse en los creadores del teatro independiente, todos estos artistas de lo efímero no dejarían de hacer lo que hacen, incluso, actuar más allá de la muerte.
La Máquina Idiota se presenta en el Sportivo Teatral, Thames 1426. CABA
Para más informes de reservación y horarios: www.sportivoteatral.com.ar
http://www.alternativateatral.com/obra29321-la-maquina-idiota