Ahora que me explota el corazón de cabaret, no puedo pensar en un momento más justo para hablar del libro Introducción al cabaret (con albur) escrito por Cecilia Sotres, actriz, cabaretera, dramaturga y activista integrante de Las Reinas Chulas, una compañía considerada ya una institución del mal llamado (como ellas demuestran con cada uno de sus espectáculo) “género menor” en México con innegable trascendencia internacional. El hecho de que Sotres escriba una obra de divulgación sobre el tema al que ha dedicado su vida hace que el libro devenga en un manifiesto amoroso sobre y para el cabaret. Reconociendo a quienes la han apoyado, han sumado a su visión y quienes han compartido con ella la forma de vida que implica al cabaret, como Gastón Alzate (prologuista del libro y especialista en el tema) Juan Carlos Vives, Omar Argentino, Ana Francis Mor, Nora Huerta y Marisol Gasé.
Lejana a toda intención aleccionadora desde una posición autoritaria y cercana, en cambio, a la más honesta intención de compartir los saberes aprendidos a través de la experiencia, consciente de que no hay una sola forma de hacer cabaret y del duro camino que el/la aspirante a cabaretere tendrá que enfrentar, ofreciéndole consejos, herramientas y ejercicios para que pueda sortear los peligros en el camino. En este sentido ofrece una explicación puntual del porqué es necesario dominar el modelo fársico para crear una obra de cabaret exitosa, tip en el que recomiendo detenerse, no solo porque es una demostración de los saberes aprendidos en la praxis, sino porque resulta fundamental para la articulación de cualquier juicio y espectáculo de cabaret. Es pues, una de las enseñanzas más valiosas del texto.
Aunque el/la lector(a) ideal de este libro quizá sea precisamente el/la aspirante a cabaretere, Cecilia en su misión promotora atiende a un perfil un poco más amplio: a los espectadores convencidos tanto como a los potenciales, les ofrece una clave para leer el cabaret, una guía de apreciación para que, sabiendo lo que están viendo, aprendan a disfrutarlo. Así pues, ofrece una aproximación para cualquier interesade en el tema pasando por un repaso desde la etimología del término “cabaret”, su desarrollo histórico, desde la Antigüedad Clásica, pasando por la Edad Media, enfatizando el auge en Europa a principios del siglo XX y en la relevancia e influencia de la carpa mexicana a la cual refiere como la mayor aportación teatral de México para el mudo, hasta llegar a la actualidad.
Como manifiesto de amor, el libro se concentra en todos los aspectos positivos del ejercicio y expectación; bastante ha tenido que soportar durante mucho tiempo la desacreditación por parte de quienes se dedican a un teatro “más formal” (lo que sea que esto signifique) o quienes lo han perseguido, censurado y por la crítica política y social intrínseca en la naturaleza de las representaciones de un género que fue un movimiento marginal y alternativo, como para siquiera mencionar los aspectos negativos, algunos de los errores y lugares comunes en que pueden caer quienes se dedican a él o sus áreas de oportunidad. El libro es una oportunidad para ver al cabaret a través de sus ojos. Reflejado en ellos uno puede saber mucho sobre el humor mexicano, sobre la necesidad de reír tanto como de denunciar las injusticias a través de lo que sepamos hacer, sobre hacer comunidad y sobre la necesidad de profundizar en un género que nos ha dado tanto. Prueba de ello es el Festival Internacional de Cabaret que por estos días estamos disfrutando.