Entrenamiento dramatúrgico. Un autor/autora se prepara
“Si no practico un día, lo noto yo. Si no practico en dos días, lo advierten mis colegas. Y si no practico en tres días se da cuenta todo el mundo”. Esta frase se le adjudica a múltiples músicos, pero lo importante no es quién la dijo realmente sino lo que devela del mundo artístico: las personas dedicadas al arte requieren de un entrenamiento constante para mantener el dominio sobre su oficio. Esto es claro en las artes en donde el cuerpo se ve implicado de forma más notoria. Bailarines y bailarinas bailan todo el tiempo, actrices y actores realizan disciplinas físicas, músicos se la pasan ensayando con sus instrumentos, cantantes con su voz… Pero en un arte como la escritura teatral, ¿de qué manera una persona dedicada a la dramaturgia se mantiene en forma?
Para contestar estas preguntas y otras tantas consultamos a múltiples dramaturgas y dramaturgos que llevan tiempo dedicándose a su profesión y cuya mano, pluma, máquina de escribir o teclado, está en excelente forma. En este texto entrevistamos al dramaturgo mexicano Humberto Robles.
¿Qué consideras fundamental entrenar para mantenerte en forma como dramaturgo?
Humberto Robles: Hablo desde mi experiencia e intereses muy particulares: para mí es indispensable asistir a actividades culturales, leer, ver teatro, cabaret, cine, series, viajar, estar informado por medio de la prensa, colaborar con colectivos de derechos humanos, y algo no menos importante, escuchar y dialogar con todo tipo de personas. Como procuro que mis textos siempre posean una crítica social, estoy al tanto de diversos movimientos sociales para luego exponer esas ideas en una obra de teatro documental, una para cabaret, o para algún otro medio. Me nutro de todo aquello que me interesa, profundizo en el tema y busco la mejor manera de plasmarlo en un texto para que el discurso sea claro y contundente.
¿Cuánto tiempo dedicas diario a tu entrenamiento como dramaturgo y en qué consiste?
Humberto Robles: Como también trabajo en otros ámbitos, escribo diariamente, ya sea para la televisión, columnas periodísticas, guiones para campañas de movimientos sociales o para eventos político-culturales. Así como el músico o el bailarín debe entrenar muchas horas cada día, es idóneo que el dramaturgo ejercite el “músculo” de la escritura, por eso no desdeño ningún medio que me permita seguir haciéndolo; la práctica continua refuerza la destreza y evita el anquilosamiento. Por otro lado, después de leer, o ver una película, una serie o una obra, suelo analizar los personajes, los diálogos, la estructura, los giros dramáticos. Como uno se alimenta de lo que hace, ve y escucha, todo va formando parte del entrenamiento que a la vez resulta una actividad lúdica.
¿Cómo era tu entrenamiento en tus inicios y qué ha cambiado con el paso del tiempo?
Humberto Robles: Por diversas cuestiones asisto poco al teatro y desgraciadamente no viajo tanto como antes que vivía en otros países, asistía a festivales teatrales, o daba talleres y conferencias en donde me invitaban. Espero volver a hacerlo porque han sido sumamente enriquecedoras esas residencias artísticas que me he financiado, asistir y participar en festivales y, cuando he dado talleres o conferencias, el compartir y dialogar con los asistentes.
¿Escribes diario? ¿Teatro? ¿Cuánto tiempo dedicas diario a la escritura teatral?
Humberto Robles: A diario escribo para otros medios, pero siempre tengo en mente una o dos obras a las que les estoy dando vueltas en la cabeza, de las cuales estoy investigando o buscando la forma que considero más idónea para expresar lo que quiero decir. A veces me tardo tiempo en escribir una obra, pero cuando ya tengo la idea clara, me siento a trabajarla y retrabajarla todo el tiempo que lo amerite; después dejo descansar el texto y lo retomo después para pulirlo. Por otro lado, siempre estoy dispuesto a escribir teatro express, teatro de emergencia; pongo mi capacidad al servicio de grupos u organizaciones sociales para llevar a escena los asuntos del momento; probablemente teatro o textos efímeros, pero útiles para el presente inmediato.
¿Qué recomendaciones podrías dar para que otros dramaturgos/dramaturgas se mantengan en forma?
Humberto Robles: De todos los oficios del teatro, el de la dramaturgia es de los más solitarios, por lo mismo hay que evitar el aislamiento y no alejarse de la realidad. Hay que enriquecerse como ser humano, empaparse de cultura clásica, popular y moderna, no forzosamente lo que esté de moda. Si se quiere llegar a una mayor cantidad de públicos, hay que domar nuestro ego, apartarnos de visiones narcisistas y aproximarnos a un enfoque más universal. No dejarse influenciar por modas snobs o tendencias en boga solo porque algunos teatreros, críticos o académicos las alaban o dictan que es “lo de hoy”; no querer quedar bien con nadie, solo con uno mismo, pensando siempre en el público al que nos dirigimos. Escuchar y estar atento a otras voces para que la nuestra sea más plural, diversa, con un enfoque más amplio; dejar a un lado los dogmas y los prejuicios. No dejarse seducir por el poder para cuestionarlo siempre. Tener paciencia para escribir una obra que amerita mucha dedicación, pero también estar dispuesto a escribir teatro urgente y poner nuestra habilidad al servicio de los demás, desinteresadamente. Ser íntegros, éticos, generosos y soldarios.
Humberto Robles, dramaturgo y guionista independiente; también ha dirigido sus propias obras de teatro en México, Uruguay, Colombia y España. Sus obras han sido montadas en 30 países, en cuatro continentes, por lo que está considerado como el dramaturgo mexicano vivo más representado internacionalmente. Algunas de sus obras han sido traducidas al italiano, inglés, portugués, francés, alemán y polaco. Ha recibido seis premios como dramaturgo, entre ellos el Premio Nacional de Dramaturgia “Emilio Carballido” 2014. Entre sus obras destacan “Mujeres de Arena”, “Frida Kahlo Viva la vida”, “La noche que jamás existió”, “El Ornitorrinco”, “Nosotros somos los Culpables”, «Leonardo y la máquina de volar» y varias obras de cabaret como «Ni princesas ni esclavas». Escribe artículos para algunos medios digitales y a la par colabora con varias organizaciones de derechos humanos no gubernamentales. http://www.humbertorobles.com/