El pasado 5 de mayo en el marco de la Feria del Libro de León, celebramos mucho más que la Batalla de Puebla; fuimos parte de la consolidación de la comunidad hiphopera de Guanajuato, dentro del Telón de la Palabra fuimos testigos de la integración de la cultura urbana dentro del aparentemente cerrado circuito de la alta cultura representada por algunas editoriales e instituciones gubernamentales del país. Insertar el rap en este circuito podría interpretarse como un aburguesamiento del género, sin embargo, la decisión del jurado se encargaría de definir y representar el espíritu del proyecto, si en efecto, se apoyaría al rap y al acercamiento a la literatura como expresiones sociales de moda ejercidas como privilegios, o por el contrario, como poderosas armas discursivas de esencia popular y revolucionaria con efecto masivo.
El rap logró colarse a la fiesta de los intelectuales en voz de los 6 finalistas de la segunda edición del certamen “Érase una vez rap” organizado por Sara Pinedo y Cuauhtémoc Vázquez, merecedores de todos los agradecimientos por su esfuerzo e interés auténtico en fomentar eventos alternativos con los cuales puedan identificarse los jóvenes de Guanajuato. Su entrega hizo posible el crecimiento exponencial del evento, pues de la primera edición a esta segunda puedo asegurar sin exageración que el concurso mejoró en todos los aspectos. El nivel subió para hacerle honores al hip hop como transformador de contextos y consciencias.
Los participantes del concurso tenían la encomienda de reinterpretar cualquier cuento o novela de cualquier autor latinoamericano. Con esto la literatura daría cuenta de que el rap es solo otra de sus infinitas caras, acaso una de las más frescas y poderosas. Subieron al escenario los elegidos para hacer uso de esa poderosa arma discursiva. El jurado conformado por los raperos Jezzy P y Jesús Camacho y el poeta Rojo Córdova, se encargó de evaluar su desempeño como liricistas al micrófono. Actitud, habilidad con las palabras y rimas, reapropiación del discurso de las narrativas elegidas y dominio del espacio fueron algunas de las cualidades evaluadas en los participantes presentados por Cut López, maestro de la ceremonia.
“El Furcio”, representando orgullosamente a la comunidad de San Juan de Abajo dio inicio a la presentación de los materiales con un rap inspirado en “Pinches Chamacos” de Francisco Hinojosa, reinterpretando la anécdota del cuento hacia su realidad, siendo realmente los pinches chamacos de su comunidad, los protagonistas de un nuevo cuento rapeado por una estrella en ascenso. El campeón sin corona.
Después del Furcio siguieron MC Ayor con “Macario” de Juan Rulfo, Prosa seria con “La región más transparente del aire” de Carlos Fuentes, Wadem con “El almohadón de plumas” de Horacio Quiroga que se llevaría el tercer lugar, Karvyj, quién con su estilo sui generis llevado al límite presentó su interpretación de “Alimento de sol” de Horacio Quiroga y terminó siendo el segundo lugar del certamen, con lo que dio cuenta de la libertad y capacidad de las hiphoperas de definirse a sí mismas sin restricciones. Ser como quieran ser. Después de Karvyj, siguió Aramara quien con su impecable flow y dominio escénico (Aramara también ha destacado como actriz en otros proyectos) conquistó el primer lugar con “Historias de cronopios y famas” de Julio Cortázar. Es necesario detenerse en el hecho de las dos mujeres que resultaron ganadoras, pues esto dice algo importante sobre el clima cultural actual en el que el feminismo ha surtido efecto. A comparación de hace algunos años en las que el rap interesaba a muy pocas mujeres, ahora no solo participaron más chicas sino que se llevaron la victoria. Enhorabuena: poco a poco el rap ha dejado de entenderse como un género dominado por los hombres. Ojalá que la impronta del rap pronto alcance sitios cada vez más lejanos.
Más allá de los primeros lugares, la segunda edición de Érase Una Vez Rap se concentró en unir a la comunidad de raperos y así incentivar el carácter pacífico y el apoyo de unos a otros. Demostrando además la existencia de la mítica nación hip hop, así como de su búsqueda de refinamiento cultural. Érase Una Vez Rap es una iniciativa para la cual no tengo más que buenos deseos, relato y corazón porque reconozco sus buenas intenciones. Un proyecto que merece larga vida.