Fotografías por Daniel Primo
Una vez más me encuentro como espectador lamentando la brevedad de las temporadas teatrales en la mayoría de los recintos de la ciudad de México, y es que pareciera que la política cultural del país obliga a los espacios a apresurar la rotación de los espectáculos que se presumen forman parte de una vasta oferta cultural que exige exhibición y promoción inmediata. Una de las consecuencias más acusadas de esta brevedad es que el público tiene que apresurarse a acudir a los convivios escénicos o de lo contrario se los pierde o se ve forzado a perseguir el evento, a descubrir en qué recinto se presentará próximamente.
Una vez hecho este lamento, que pretendemos profundizar en un pensamiento y texto próximo, podemos hablar con mayor comodidad sobre una obra a la que le queda tan solo un fin de semana y que merecería por mucho una prolongación por su frescura, calidad e importancia. Estamos hablando de “Animalia”, obra escrita y dirigida por Diego Álvarez Robledo, que, insistimos, se ha ganado el derecho a la reproducción por la relevancia de los elementos que componen este “dispositivo escénico” concebido con un gran sentido del humor que contagia de vitalidad a los espectadores.
Principalmente tenemos que atender al mensaje de la puesta que funciona como su eje toral: una crítica a las consecuencias de la evolución de las especies, de la superioridad del ser humano en esta jerarquización que, encumbrado con el apoyo definitivo del sistema capitalista se definió a sí mismo como criatura dominante absoluta y cuyo abuso de poder consiguió no solo la sumisión del resto de los animales, sino la amenaza de su destrucción definitiva y el agotamiento de los recursos que posibilitarían su supervivencia.
La relevancia de la reflexión es innegable, así como la sorprendente forma en que se presenta al público, forma que la actualiza y la inserta de manera definitiva a nuestro presente. Si tomamos en cuenta que el discurso ecologista y contrario al sistema capitalista y posteriormente al neoliberalismo, tal como lo conocemos, data de las décadas de los sesenta-setenta, sabremos reconocer y agradecer que se haya encontrado una fórmula de representación que lo resignifica y lo fortalece. Por primera vez en mucho tiempo, este discurso no será expuesto a manera de reproche, sino como una simple exposición justa y bien argumentada, aún cuando la toma de postura sea evidente no se recurre a la exageración ni a la victimización. Se apoya en cambio una estética grunge que recrudece el montaje y lo acerca a nuestra realidad inmediata. El discurso se urbaniza e impacta.
Álvarez Robledo ha decidido desvincular su teatro (en este montaje) del imperio de la palabra, utilizando como medio de expresión únicamente sonidos y (sobre todo) acciones. De tal suerte, que no tendremos personajes en escena sino criaturas en transformación constante interpretadas por cinco actores jóvenes de energía desbordante, todos dignas promesas del teatro físico cuya sola presencia es capaz de mantener alerta la atención del espectador quien no podrá quitarles la mirada de encima en espera de lo que pueda suceder en escena.
Frente a nuestros ojos Gerardo del Razo, Isaí Flores, Francisco Pita, Roldán Ramírez y Cut López Torres (este último, fuego incandescente, enciende las butacas con la energía de un rap que señala la pesadumbre que debería provocarnos las masacres del reino animal) son peces, bestias, caballos, científicos que experimentan en escena y seres humanos enceguecidos por el poder y la violencia, provocan guerra y con ello advierten su próxima e inevitable destrucción.
Sin duda alguna, Animalia es un montaje superior pensado especialmente para los jóvenes. No queda más que pedirte que no te la pierdas este último fin de semana.
Para más informes sobre el último fin de semana de Animalia, visita: http://www.foroelbicho.com/#!teatro/zoom/cjvo/image_1w4m