Digamos que usted va al teatro. Digamos también que es una de esas personas que tienden a clasificarlo todo y que en determinado momento se ha preguntado cuál fue su obra favorita de los últimos meses. Digamos que se responde esa pregunta con facilidad, pero de inmediato le surge una inquietud: sí, esa fue la mejor, pero sin duda aquella actriz, la que salía en otra obra, era inolvidable, por no decir perfecta. Ella merecería un reconocimiento aparte, piensa. Qué contrariedad. Sin duda eso no se puede quedar así, hay que extender la alfombra roja y fundar unos premios de teatro.
A continuación, unas cuantas consideraciones para el caso.
- Conforme su equipo. No hay un número correcto, hay quienes lo forman con una persona, quienes arman sus grupos secretos y van de incógnito, y unos más que se alían con otros ocho y se van al teatro juntos y se sientan juntos.
- Diseñe su estatuilla. Unos premios sin estatuilla siempre estarán incompletos.
- Vea mucho teatro. En el momento en que usted levantó la mano y se autonombró una autoridad para determinar qué es lo mejor de los escenarios, adquirió la responsabilidad de ir a ver un buen número de obras No lo vea como un sacrificio, esto le ayudará a tener un abanico amplio a la hora de las nominaciones, siempre es muy triste ver unos premios donde parece que solamente vieron cinco obras porque nominan esas cinco a todo.
- Defina su campo. No es lo mismo hacer unos premios de teatro musical que de teatro independiente. Si le da por ver “de todo” y hacerse incluyente, pero a la hora de la premiación solamente reconoce a las obras de grandes presupuestos, escenarios giratorios y actores de la tele, revise sus fundamentos y reconsidere.
- No se dé premios a usted mismo o a sus compañeros de jurado. Si además de dar premios hace obras de teatro, no las nomine, ya bastante ridículo es que dé unos premios.
- No sucumba a la melancolía. Si, por ejemplo, ve en un montaje a una actriz que hace cinco años hizo una obra maravillosa, asegúrese de no estar juzgando a la actriz con los ojos de hace cinco años. Lo mismo para la dirección, los diseños, la dramaturgia y para todo.
- Cuide la equidad de género. El momento histórico no está como para andar preservando el club de Tobi, sea consciente. Si en las categorías mixtas usted nomina a cinco mujeres por cada veinticinco hombres, entonces puede que necesite revisar en la cartelera los créditos y procurar más obras con nombres femeninos, verá que la equidad llegará sola.
- No pretenda que a los demás nos importe. Quien quiere dar premios es usted, así que no haga ridiculeces como vetar artistas, cobrarles una inscripción u obligarlos a que se vistan de gala cuando vayan a su premiación. Usted tiene el deber de tomarse en serio sus premios y el resto tenemos la libertad de tomarle a broma, no se amargue.
- Asegúrese de que le guste el teatro. Si por la manera en que habla de los montajes parece que usted solamente se sienta en la butaca a padecer, le sugiero que no intente este asunto de los premios.
- No deje que nadie le diga qué hacer. Es su vida y son sus premios, si llega cualquier hija de vecino a decirle qué está bien y qué está mal, tiene todo el derecho de ignorarla.
Espero que estos humildes consejos le hayan servido.
Con amor, Jimena Eme Vázquez, Academia de los Jimenitos Aguords