“Sólo hay dos modos de escribir, Scarpa, a favor del mundo o contra el mundo. A la larga, sólo perduran los que escriben contra el mundo…”
Volodia, El Crítico de Juan Mayorga.
El teatro de arte; ese que nace de las preguntas y el misterio; ese que nos estremece y es inexplicable; ese teatro que está más allá de sí mismo, negando su naturaleza efímera y volviéndose eterno en la memoria; es contestatario. Se pronuncia en contra de ciertas conductas del hombre, de alguna idea, de alguna estética, etc. Hoy vamos a hablarles de un creador que además, en su último montaje, está en contra de sí mismo, poniéndose en riesgo y saltando al abismo que implica la genuina búsqueda artística. Hablaremos del nuevo montaje de Claudio Tolcachir: Dínamo.
Ir a presenciar un nuevo montaje de Claudio siempre es emocionante, pues no sabemos con qué nos encontraremos en cada ocasión. Toda puesta suya plantea búsquedas diferentes, tanto estructurales y poéticas como temáticas. Al ponerse en riesgo continuo su teatro también produce una sensación de desasosiego que nos hace preguntarnos: ¿Lo logrará esta vez?
La primera diferencia importante en esta nueva producción de Timbre 4 es que Tolcachir no hace la dirección y dramaturgia solo, sino que elige hacer un trabajo de autoría colectiva con Lautaro Perotti y Melisa Hermida. Esta diferencia es fundamental porque pone en crisis su papel de director-dramaturgo que ha desarrollado por más de diez años con su compañía.
Esta autoría colectiva genera una poética totalmente diferente a todo lo que habíamos visto de las producciones de Timbre 4 (La omisión de la familia Colemán, Tercer Cuerpo, El viento en un violín, Emilia). Si bien Timbre 4 se caracteriza por no repetirse, en esta obra vemos algo tan distinto que lo único que mantiene de parecido con sus trabajos anteriores es su compromiso artístico y su calidad.
Todo es diferente, las actuaciones, el diseño escenográfico y del espacio escénico, la presencia de los cuerpos de las actrices, el uso del lenguaje, la ambientación sonora. En definitiva sigue siendo Timbre 4, pero no es Timbre 4. Es algo más, algo nuevo.
¿Lo logró está vez? Esta es una pregunta que cada quién debe responderse al vivir la experiencia de Dínamo. Nosotros pensamos que sí, que logró reinventarse y sorprendernos como siempre. Logró ir al vacío en búsqueda de lo desconocido y compartirnos, con total honestidad, un presente de su travesía.