Actualmente es innegable que México está enfrentando una crisis financiera, por ello fue necesario reducir gastos en diversos sectores y uno de los más afectados ha resultado el cultural. ¿Pero qué ha pasado? La gente que recibe los apoyos institucionales no se ha pronunciado con fuerza (¿por temor a qué?) y aquellos que quizá nunca se han beneficiado con un fondo, se manifiestan alegremente diciendo cosas como: “Qué bueno que ya no les den”, “Que se acaben”, “Abajo las mafias culturales”.
El problema es que ese dinero es de todos los creadores. Muchos que nunca han recibido un apoyo ni siquiera lo han intentado-argumentando: “para qué, si no soy amigo de nadie” (cuando muchos creadores, amigos de nadie, han sido beneficiados)- o peor aún, no lo han recibido y culpan al Estado, quizá de la propia incompetencia artística o de sus carencias para completar y cumplir los requisitos de la convocatoria en turno. Se rumora que siempre se favorece a los mismos, pero ¿alguien puede negar su calidad artística? Muchos de los que se quejan por no recibir dinero, no cuentan con un trabajo que los respalde (ellos dirán que sí, sus seguidores igual, pero otros pensaran que no. Aunque esto es motivo para una discusión que no me interesa generar aquí).
Este texto no busca ponerse a discutir si se merecen o no tales o cuales creadores el presupuesto que se les da. A lo que quiero convocar, al menos a pensar (aunque uno escriba para intentar modificar la realidad), es que si no existe unidad en esta situación, el panorama será complicado para todos los creadores: consagrados y noveles.
Bien, ya he enunciado el problema a grandes rasgos y viene lo más importante. ¿Qué propongo? (porque señalar es lo más fácil). Así como los creadores se han unido por distintas causas sociales me sorprende que no lo hayan hecho ya para esto. Es triste ver que los foros independientes no cuentan con su propia legislación, lo cual se traduce en un gran esfuerzo para poner un espacio de estas características y mantenerlo. Quizá en el circuito independiente existe una posibilidad para que el teatro en México renazca con una nueva fuerza.
Aquí quiero compartir una experiencia que he tenido la posibilidad de mirar de cerca. Se considera a Buenos Aires una capital teatral de excelencia. Esto debido a la calidad de sus producciones y al nivel de convocatoria que tienen. Pero no todo es poesía. Los medios de producción condicionan y en este caso hay leyes que permiten que el teatro pueda surgir y que hace no mucho fuera relativamente fácil que se hiciera teatro casi en cualquier lado. ¿Cómo fue posible? Se hizo una ley nacional de teatro en la que el gobierno está obligado a cuidar del mismo por considerarse una actividad relevante en el país (México de igual modo cuenta con una cartelera importante y de las más grandes del mundo). También se hicieron las aclaraciones de cuáles son las especificaciones de una sala independiente y además la dividieron en pequeña y grande, dependiendo de la capacidad de espectadores. Asimismo se generaron apoyos ¿Cómo lograron esto? Con unión.
No creo que debamos permitir que los presupuestos se cancelen, más bien el asunto consistiría reformular lo establecido para otorgarle oportunidades a más artistas. Ahora bien, en México no hay especificaciones en las leyes sobre los espacios independientes y esto es un problema que ha hecho que no cualquiera pueda hacer teatro en cualquier lado y que los espacios independientes que hay, enfrenten dificultades para existir. Si se luchara en conjunto por lograr aclarar estas cuestiones, el teatro podría empezar a ser autogestivo sin tantas dificultades. Buscar una ley nacional de teatro, especificar las características de los espacios independientes para que puedan surgir más y que los que están ganen más fuerza, reformular los apoyos institucionales para que más artistas puedan tener acceso a ellos. Pueden parecer imposibles, pero justo los artistas somos constructores de utopías.